Guerra comercial al inicio de las rebajas
El tradicional enfrentamiento por los horarios comerciales se ha extendido a qué tipo de comercio es más inflacionista
El tradicional enfrentamiento por los horarios comerciales se ha extendido a qué tipo de comercio es más inflacionista
El sector del comercio en España lleva tiempo tirándose los trastos a la cabeza, y ahora, en tiempo de rebajas y de mayor actividad, el ambiente vuelve a enrarecerse. El motivo es la pretensión de las grandes superficies de liberalizar los horarios y permitir la apertura de sus centros todos los domingos del año. La patronal Anged, que agrupa a los principales grandes almacenes, asegura que con esta medida se crearían 30.000 empleos fijos. Pero supermercados y tiendas de autoservicio contraatacan: no sólo no se crearía empleo, sino que se destruirían unos 56.000 puestos de trabajo. En algo están de acuerdo grandes y medianos: ninguno se responsabiliza del aumento de precios en la cesta de la compra. Aunque uno de cada tres alimentos cueste ahora entre un 8% y un 30% más que hace un año, según Economía.
El comercio en España está regulado por la ley del año 1996, modificada luego por un real decreto de 2000 que, en síntesis, permite a las grandes abrir un máximo de 90 horas semanales, además de excepciones concretas en domingos y festivos. En total, unas 700 normas, entre centrales, autonómicas y locales, tratan de poner orden en un sector que da empleo en España a más de 2.641.000 personas, el 15% de la población activa. La situación oscila entre las comunidades más restrictivas, como Navarra o Cataluña, donde las grandes superficies sufren un impuesto que grava el 25% de su beneficio, hasta las más liberales, como la de Madrid, que autorizó la apertura de 21 domingos al año.
Asedas, la patronal que agrupa a supermercados y tiendas de autoservicio, entre las que se encuentran cadenas como Caprabo o Mercadona, asegura que las 90 horas semanales de España son de las más aperturistas de Europa. Para Andoni Monforte, director general de la asociación, no se entiende que las matrices francesas de cadenas instaladas en España no ejerzan en sus respectivos países la presión que ejercen aquí cuando piden abrir más festivos. La patronal de los supermercados cree que liberalizar más los horarios hincharía los precios, porque habría que pagar más a los empleados contratados para trabajar en festivos, lo que reduciría el margen de beneficios y elevaría los costes. Y ponen de ejemplo la Comunidad de Madrid, la comunidad que cuenta con el mayor número de aperturas en domingos y festivos, registra en el mes de octubre un IPC (índice de precios al consumo) en alimentación del 4,6%, el más alto de España. Las grandes superficies contraatacan y echan mano también de la Comunidad de Madrid, pero desde otra perspectiva: entre 1998 y 2001, el IPC comercial ha crecido 1,3 puntos por debajo de la media nacional, según Javier Millán Astray, director general de la patronal Anged.
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