Tristán noquea al Celta
Un gol del delantero sevillano encarrila otro partido gris del Deportivo, que acaba goleando a un rival voluntarioso
DEPORTIVO 3 | CELTA 0
Deportivo: Juanmi; Scaloni, Donato, Naybet, Romero; Víctor, Sergio, Mauro Silva, Amavisca (Duscher, m. 36); Diego Tristán (Luque, m. 75) y Makaay (Capdevila, m. 84).
Celta: Cavallero; Coira (McCarthy, m. 69), Cáceres, Berizzo, Sylvinho; Luccin, Giovanella (Jósé Ignacio, m. 54); Jesuli (Vagner, m. 53), Edú, Gustavo López; y Catanha.
Goles: 1-0. M. 40. Extraordinaria jugada de Tristán, recibe el balón a unos metros del área, le hace un túnel a Berizzo y lanza un disparo seco que se cuela por alto.
2-0. M. 48. Córner que saca Víctor desde la izquierda, Cavallero sale en falso, se traga el centro y Sergio, libre de marcaje en el segundo palo, marca.
3-0. M. 90. Balón largo de Scaloni sobre Luque, que se escapa solo, entra en el área y bate a Cavallero por bajo.
Árbitro: Iturralde. Amonestó a Berizzo y José Ignacio.
Unos 29.000 espectadores en Riazor.
Al partido le quedaban siete minutos, los primeros de la segunda parte, que fue lo que tardó el Deportivo en marcar su segundo gol y el Celta en evaporarse de Riazor. Primero fue lo del gol de Sergio, que remató en escorzo un córner con mucha rosca lanzado por Víctor. Y después, la hora del banquillo, que se llevó por delante a dos de los futbolistas de mayor rendimiento, como eran Giovanella y Jesuli. En su lugar ingresaron Vagner y José Ignacio, o lo que es lo mismo: al Celta se le escapó el centro del campo, donde hasta entonces tanto había abusado de su rival. Sólo puso actitud el Celta en la segunda mitad, demasiado poco para el oficio de un Deportivo donde sólo la experiencia compite con la capacidad de gol.
La cumbre del fútbol gallego, en pantalla gigante
A falta del tradicional desplazamiento a A Coruña, uno de los pocos accesibles geográficamente a los aficionados del Celta, su hinchada celebró una de esas reuniones habituales alrededor de una pantalla gigante propia de las grandes ocasiones, sean finales de la Copa del Rey o partidos de la UEFA lejos de Galicia. Varios miles de celtistas se congregaron en el pabellón de Deportes de As Travesas, acompañados por el presidente del club, Horacio Gómez, que tampoco acudió a Riazor por su enfrentamiento con la directiva deportivista.
Fue una de las consecuencias de la reyerta entre los consejos de administración de Deportivo y Celta, después de que el presidente deportivista, Augusto César Lendoiro, intentase -y posteriormente descartase- cobrar un aval de 2.000 euros por las 900 entradas que le pedía el Celta. La otra consecuencia se materializó en las gradas de Riazor, sin aficionados celestes, lo que le dio al estadio coruñés un ambiente descompensado, impropio de un derby.
Aunque la ausencia de aficionados no fue total. Si lo que el Deportivo pretendía era evitar altercados en las gradas de su estadio, se dio la circunstancia de que sólo los hinchas más radicales, los celtarras, se presentaron en A Coruña, desoyendo la petición de la federación de peñas del Celta, que decidió no desplazarse a Riazor en protesta por la actitud de Lendoiro.
Las frías relaciones entre las directivas no se limitaron a la ausencia de Horacio Gómez en el palco de Riazor, en el que sólo se presentaron dos directivos: el director general y el gerente. Además, pusieron fin a una tradición, la de la comida de confraternidad entre ambas directivas. No están las cosas entre los dirigentes de los equipos gallegos como para compartir mesa y mantel.
"Alguien ha querido evitar lo que iba a ser una fiesta del fútbol gallego", se lamentaba Horacio Gómez en el pabellón de As Travesas, casi lleno de aficionados celestes. En una Galicia conmocionada por el accidente del Prestige, aficionados de los dos equipos gritaron por separado Nunca mais. Y, lejos de la actitud de las directivas, Riazor acogió a su gran rival con una hostilidad muy inferior a la habitual y guardó mayoritario respeto los cinco minutos de silencio convocados por su federación de peñas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.