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Crónica:La jornada de Liga | FÚTBOL
Crónica
Texto informativo con interpretación

El regreso del niño prodigio

Barkero, campeón mundial sub 20, sustituye a De Pedro en la Real

El día señalado llegó. Para Barkero y para la Real Sociedad. No se enfrentan a un rival de postín (el Málaga anda por la zona media), ni se juegan el liderato (hay cinco puntos de ventaja sobre el segundo clasificado, el Real Madrid). Y, sin embargo, el encuentro examina la fortaleza del líder y la disposición de un futbolista llamado al estrellato, pero que no ha jugado ni un minuto con la Real Sociedad en las últimas tres temporadas.

De la Real, invicta en el campeonato, se sabe que posee una alineación titular sólida y tres suplentes acreditados. Denoueix venía jugando con catorce futbolistas en los 15 partidos disputados. El técnico francés sabía que tarde o temprano las bajas llegarían. Ante el Málaga tendrá tres, todas de futbolistas sensibles en el once titular: Xabi Alonso (lesionado en el Euskadi-Macedonia) es el cerebro, De Pedro (lesionado en el Real Sociedad-Málaga) es la técnica individual y Kovacevic (sancionado en el Recreativo-Real), la potencia y el gol.

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Los sustitutos, parecían predeterminados. El turco Tayfun, poderoso y entregado, por Alonso; el ruso Khokhlov, un estilista de prodigiosa técnica individual, por el panzer Kovacevic; y se suponía que Gabilondo por De Pedro, a quien ya le quitó el puesto, en algún partido sin estar lesionado. Pero no. Denoueix ha apostado por José Javier Barkero, un futbolista inédito desde que Clemente llegó a la Real y uno de los cinco de la plantilla que aún no ha disputado ni un sólo minuto en esta Liga.

Barkero (Aretxabaleta, 1979) fue un niño prodigio de la cantera guipuzcoana que fue cumpliendo las previsiones hasta que se topó con la Primera División. A priori, parecía un clon de De Pedro: buen físico, zurda poderosa y versatilidad en el juego, que le permitía, como al internacional español, jugar en el costado o en el centro. Incluso, en su caso, sus condiciones le aventuraban futuro como media punta. Debutó en el Sanse (segundo equipo de la Real) con tan sólo 16 años y con 19 el alemán Krauss le hizo debutar en Primera División. Su carrera alcanzó unos meses más tarde su hito más sonado: el campeonato del mundo sub 20 con España en Nigeria. Allí, Barkero exhibió su zurda y su capacidad goleadora. Todo apuntaba al éxito, pero el bólido se paró. Con la llegada de Clemente a la Real, en plena crisis del equipo donostiarra, la estrella de Barkero se apagó. Aceptó hace dos temporadas, una cesión al Toulouse, en Francia, y regresó con la autoestima herida. Después recaló, también cedido, en el Eibar, un equipo coriáceo y poco dado a las florituras, donde sin embargo triunfó y regresó a la Real donde tampoco encontró acomodo para regresar de nuevo al Eibar para hacer méritos de la mano de Blas Ziarreta, un técnico más dado al esfuerzo que a la psicología.

Se decía de Barkero que no le gustaba entrenar, que prevalecía su condición de figura por encima del espíritu de grupo. Se decía en suma que estaba casi acabado. Denoueix lo ha rescatado del ostracismo, donde ha purgado15 jornadas esta temporada. Hoy tiene su ocasión, desplazando a su predecesor Gabilondo, otro muchacho de la cantera, con la Real de líder y en pleno examen del banquillo.

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