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La policía cree que el autor del homicidio de Vallecas disparó de manera aleatoria

El fallecido se encontraba con sus dos hijos menores y su esposa cuando recibió el tiro mortal

F. Javier Barroso

Muchas interrogantes se ciernen aún sobre el tiroteo que costó la vida al vecino de Puente de Vallecas Francisco Peromingo Hoyo, de 39 años, ocurrido a los ocho minutos de haber comenzado el nuevo año. La autopsia efectuada ayer al cadáver confirmó que la víctima recibió un tiro en la parte posterior de la cabeza, con trayectoria ascendente. La policía mantiene abiertas todas las hipótesis sobre este extraño caso, pero la que toma más fuerza es la de que un demente armado con una pistola efectuó varios disparos a la fachada, con la mala fortuna de que mató a Peromingo.

La muerte de Peromingo se produjo recién inaugurado el nuevo año. Este vecino del número 20 de la calle de los Andaluces salió al balcón junto con sus hijos de tres y seis años. También le acompañaban su esposa, su madre y su suegra, según comentaron fuentes de la familia. Al ver la gran cantidad de petardos y de pólvora que sus vecinos estaban tirando en la calle, decidió meterse de nuevo en la casa. De repente, cayó al suelo abatido. Su esposa pensaba que se trataba de una broma, por lo que le dijo que se levantara. Peromingo no reaccionó, por lo que su cónyuge se agachó a ver lo que pasaba y se encontró con que su marido estaba sangrando por la nuca. Avisó de inmediato a la policía y a una ambulancia.

Cuando llegaron los facultativos, descubrieron que la víctima presentaba el orificio de entrada de un proyectil y que estaba en parada cardiorrespiratoria. Fue trasladado al hospital Gregorio Marañón, donde ingresó con pronóstico de muerte cerebral. Los familiares decidieron donar sus órganos. El fallecimiento fue certificado a las dos de la tarde, según fuentes médicas.

Fuentes próximas a la familia señalaron ayer que la policía no les había informado de nada de lo sucedido ni del resultado de la autopsia. "Nos hemos enterado de que a Francisco lo mataron de un tiro por la televisión. La policía no nos ha dicho nada de lo que ha pasado. Tan sólo que había muerto de forma violenta", explicó un familiar cercano.

Peromingo estaba casado y tenía dos hijos: un niño de seis años y una niña de tres. Había estado trabajando en una gasolinera, pero lo dejó hace unos dos años. Ahora estaba empleado en una empresa de transportes. Hace unos ocho meses que se trasladó a vivir a la calle de los Andaluces, ya que su anterior vivienda se había quedado pequeña. "No os podéis ni imaginar lo buena persona que era. No hay palabras para describirlo", señaló con lágrimas en los ojos un familiar del fallecido en el tanatorio de la M-30. Peromingo será incinerado hoy al mediodía en el cementerio de la Almudena.

Mientras, los agentes del Grupo V de Homicidios continúan con las investigaciones. Las primeras pesquisas han demostrado que los tres proyectiles disparados por el homicida se efectuaron desde la acera situada frente a los números 20 y 22 de la calle de los Andaluces, ya que todas las balas tienen trayectoria ascendente con un ángulo de inclinación muy pronunciado que puede superar incluso los 40 grados. La autopsia además confirmó este detalle, al igual que se trata de unas balas de calibre alto, como un nueve milímetros o similar, según fuentes policiales. Estos análisis han descartado la posibilidad de que los tiros hubieran sido efectuados desde una terraza o una ventana situada cerca de las viviendas o desde el parque próximo a la vivienda, como señalaron los vecinos en un principio.

Otro detalle de la investigación es que los tiros no siguieron ninguna secuencia de disparo. Dos de ellos fueron apuntados a los terceros pisos (entre ellos, el que mató a Peromingo), mientras que el último impactó en una ventana de la terraza del segundo piso.

Interrogatorios

La policía mantiene abiertas todas las posibles hipótesis sobre este homicidio. Los agentes están interrogando a los vecinos del fallecido por si alguien hubiera visto a alguna persona sospechosa que estuviera armada en la calle durante los primeros minutos del año. Los investigadores creen que la muerte pudo deberse a algún desequilibrado mental que efectuó disparos contra la fachada de forma aleatoria, con la mala fortuna de que el proyectil alcanzó a Peromingo.

Los responsables de balística están analizando los proyectiles recuperados en las viviendas colindantes y el que fue extraído ayer por el forense del cuerpo de Peromingo, con el fin de ver si hay registros del arma homicida en los archivos policiales.

Un caso similar de disparos el primer día del año se registró en 1999, cuando un vecino de 35 años del número 89 de la calle de Godella, en el barrio de San Cristóbal de los Ángeles, resultó herido leve a las 1.20 por una bala del calibre 38. El proyectil fue disparado desde un piso situado frente al de la víctima.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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