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Lluís Pasqual quiere más recursos para el nuevo Lliure

El director de escena presentará un proyecto para el teatro en febrero

"Es evidente que el instrumento es mayor que el dinero del que se dispone". Lluís Pasqual no tiene todavía un proyecto sobre el Teatre Lliure, institución que le ofrecieron dirigir tras la muerte de Josep Montanyès el pasado noviembre. Lo que sí tiene claro, afirmó ayer, es que el futuro del Lliure pasa por "una reflexión profunda" acerca del resultado de las dos últimas temporadas, tanto suya como de la fundación, y un replanteamiento de los presupuestos para que "la presión económica no recaiga sólo sobre los equipos artísticos".

Lluís Pasqual explicó que a principios de febrero presentará un proyecto "concreto" a los patronos de la Fundación del Lliure, tal como solicitó él mismo a Antoni Dalmau, presidente de la fundación, cuando éste le propuso el cargo hace un mes. Si sus planes son aceptados por el patronato, Pasqual asumirá la dirección del teatro.

Pasqual aprovechó para recordar que él fue "el único" que votó en contra del actual contrato programa, que establece los derechos y obligaciones del Lliure ante las administraciones que lo subvencionan. Uno de los términos del acuerdo es que el Lliure recibirá más o menos apoyo económico en función del número de espectadores que consiga. En la pasada temporada, el teatro no cumplió las expectativas de público previstas, con lo que Pasqual, si se hiciera cargo de la dirección del colectivo, podría encontrarse incluso con una reducción de presupuesto.

El aviso de Pasqual acerca de las condiciones presupuestarias estuvo acompañado de unas cuantas reflexiones sobre lo que ha dado de sí el Teatre Lliure tras la inauguración de la sede de Montjuïc, en noviembre de 2001. Pasqual reconoció que no ha asistido a ninguna de las funciones que se han ofrecido en la Sala Fabià Puigserver: "Estos dos años he estado fuera de Barcelona. Ahora acabo de regresar y todavía no he ido porque no he podido", aseguró. Sí ha podido ir a ver el Juli Cèsar de Àlex Rigola en el Lliure de Gràcia.

La ligazón con el público

A su juicio, lo mejor de esta última etapa del colectivo ha sido la apertura de la sede soñada y diseñada por el fundador Fabià Puigserver: "Si alguna virtud tuvo el empuje fortísimo de Montanyès fue la inauguración", afirmó. Sin embargo, más crítico, se preguntó: "¿Alguien lo habría echado de menos si no se hubiese inaugurado? Al Lliure de Gràcia, en muchos momentos pero no siempre, sí". Pasqual abogó por que el nuevo Lliure recupere "la ligazón con su público": "El Lliure de Montjuïc se tiene que hacer necesario para más gente".

También lanzó más pistas sobre su idea del Teatre Lliure: "Tengo la sensación de que en este tiempo se ha llevado a cabo una cantidad enorme de proyectos sin el dinero y las personas para hacerlos". ¿Será entonces el suyo un proyecto posibilista? "Será concreto, es lo único que se me ocurre. Los proyectos posibilistas se hacen en la cocina, pero las recetas no lo son nunca", afirmó.

El plan que presentará en febrero no incluirá programación alguna, pero Pasqual aseguró que, como todo teatro público, el Lliure tiene que asumir espectáculos "de riesgo". El director de escena añadió que un teatro público tiene que impulsar las coproducciones y desechar la idea de mantener una compañía propia: "Hace años, los teatros, los edificios, generaban proyectos. Ahora los proyectos los genera la iniciativa privada, que no quiere decir la empresa. Además, los actores quieren tener la libertad de hacer teatro, cine y televisión y creo que ya sólo mantiene compañía la Comédie Française".

Pasqual ya dirigió el Teatre Lliure hasta finales del año 2000, un año antes de la inauguración de la sede de Montjuïc. Dimitió por el retraso en la entrega de la nueva sede y la indefinición de las instituciones acerca de las cantidades que se comprometían a pagar para su funcionamiento. Autor también del proyecto de la Ciutat del Teatre -que debía englobar bajo un mismo paraguas el Lliure, el Mercat de les Flors y el Institut del Teatre-, Pasqual aseguró ayer que no guarda "rencor", pero que sí tiene "memoria". "Quiero hacer un proyecto para el futuro desde el presente, haré mi trabajo de la manera más profesional que sea posible y voy a hablar con quien sea necesario. Yo no soy el heredero natural de nadie, como se ha dicho, porque el Lliure es una cosa de mucha gente. Lo que no haré será dejarme la vida en el empeño, como Pep", añadió.

Fuera del Lliure, Pasqual tiene comprometidos otros trabajos. En abril estrenará en Reus la obra Wit, de Margaret Edson, ganadora del Premio Pulitzer en 1999, con Rosa Maria Sardà, y en enero de 2004 estrenará la ópera Peter Grimes, de Benjamin Britten, en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona.

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