El PP catalán estrenará su nueva sede regional en enero

La dirección nacional del Partido Popular (PP) ha concedido a Josep Piqué lo que tantas veces escatimó a su predecesor como líder regional, Alberto Fernández Díaz: el PP de Cataluña dejará a mediados de enero su actual sede regional e inaugurará una nueva sede central, que doblará el número de metros cuadrados.

El cambio de sede es una reivindicación planteada en infinidad de ocasiones por la dirección regional. La actual sede dispone de apenas 600 metros cuadrados y el partido ha encontrado muchos problemas para que sus dirigentes puedan desarrollar normalmente su trabajo hasta el punto de que las ejecutivas se celebran habitualmente en hoteles por falta de espacio. Los intentos de abrir el partido a la sociedad a través, por ejemplo, de las oficinas parlamentarias, también han topado con las dificultades de la sede: no existen despachos adecuados para poder atender a los ciudadanos.

Pese a la necesidad acuciante de cambio de sede, la dirección nacional se resistía a afrontarla. El secretario general del partido, Javier Arenas, había anunciado reiteradamente que la formación buscaría un nuevo emplazamiento en Cataluña, pero los pasos nunca se acababan de dar, a pesar de la insistencia de la dirección regional encabezada por Alberto Fernández Díaz.

La llegada de Josep Piqué al liderazgo del partido ha sido suficiente para desatascar el problema: dos meses después de su elección como presidente regional, el partido ha anunciado el cambio de sede, un reflejo de que la dirección nacional está decidida a no ahorrar esfuerzos en el apoyo del nuevo líder.

Ayer, el secretario general del PP de Cataluña, Rafael Luna -que ocupaba el mismo cargo con Fernández Díaz-, anunció que "a mediados de enero" el partido cambiará su sede central, que se situará en la misma calle de Urgell, en unas oficinas que hace años ocupaba Repsol. La nueva sede dispondrá de dos plantas y 1.100 metros cuadrados. El partido la ocupará en propiedad y destinará tres millones de euros a la operación. "Parecía un mito; al final es una realidad palpable", afirmó Luna, quien se mostró "muy contento" por disponer al fin de una "sede digna".