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Reportaje:

Reencuentro en la red

Ancianos de Campillo de Arenas se comunican por videoconferencia con emigrantes del pueblo en Tarrasa

Ginés Donaire

"Soy Pepe, el hijo del maestro de música, ¿hay alguien de mi familia por ahí?" Dicho y hecho. En apenas unos segundos Pepe, que hace casi medio siglo emigró a Tarrasa, estaba hablando a través de una pantalla gigante instalada en un centro social de esta localidad barcelonesa con Encarnación, una tía suya de 80 años en n Campillo de Arenas (Jaén), a más de 800 kilómetros de distancia. Ninguno de los dos pudo contener la emoción por la sorpresa que recibieron por la vía que jamás hubieran sospechado. Como ellos, decenas de personas de la tercera edad compartieron ayer tarde una videoconferencia entre el municipio jiennense y el catalán como primer paso de un programa municipal para acercar las nuevas tecnologías a este sector de población.

"¿Qué si sé qué es Internet? Pues no sabría explicarlo, pero sí le digo que si los viejos levantaran la cabeza...", comentaba José Ramírez, otro de los pensionistas que asistía atónito a una experiencia de la que sólo tenía referencias vagas por la televisión, "y por uno de mis ocho hijos que trabaja con ordenadores". La conexión vía Internet entre los dos pueblos permitió después el reencuentro de Piedad y su hermana Ángeles, de Lola y sus sobrinos y de otros muchos vecinos de Campillo con sus paisanos que hace muchos años tuvieron que coger las maletas rumbo a las industrias de Tarrasa. No en vano esta ciudad barcelonesa cuenta con más de 500 emigrantes campilleros, poco menos de la cuarta parte de la población del pueblo.

Los cómplices de este reencuentro virtual fueron los alcaldes de Campillo, José Román, y de Tarrasa, Pere Navarro, ambos socialistas. A los dos pueblos les une no solamente sus lazos migratorios, sino que son punta de lanza en la aplicación de las nuevas tecnologías. En el caso de Campillo de Arenas, desde que hace dos años se puso en marcha el telecentro municipal -lugar en el que los vecinos pueden utilizar Internet de forma gratuita con el asesoramiento de monitores- ya han pasado por él más de 750 personas, entre jóvenes, comerciantes, empresarios, asociaciones culturales y de mujeres. "Ahora le ha tocado el turno a los más veteranos, porque entendemos que las personas que no sean capaces de familiarizarse con esta herramienta serán los nuevos excluidos sociales", dijo Román.

El telecentro municipal de Campillo dispone de 15 equipos informáticos y, además, cuenta con servicios telemáticos en la biblioteca, la casa de la juventud y el centro de orientación e inservión laboral, en el que una decena de jóvenes ya han encontrado empleo gracias a Internet. Y es que José Román considera que este tipo de centros se pueden convertir en nuevos yacimientos de empleo a través del teletrabajo y el acceso de las pequeñas y medianas empresas a los nuevos sistemas de información y comunicación.

Tampoco resulta desdeñable su importancia en los programas de alfabetización digital. En este sentido, 50 municipios andaluces participan actualmente en el programa comunitario Interbille, que busca reducir los índices de analfabetismo en el medio rural y acercar los servicios de la Administración local a los ciudadanos.

Campillo de Arenas se convirtió hace dos años en el primer municipio de Andalucía en abrir un telecentro rural. Por allí han pasado desde entonces el 40% de sus 2.300 habitantes, que han aprendido a manejar Internet. Ahora, el siguiente paso será instalar otros tres equipos informáticos en el centro de día de la tercera edad. "Es una manera de hacer real la igualdad de oportunidades", recalca el alcalde. La experiencia forma parte del plan Heraclea 21, promovido por la Diputación de Jaén para la instalación de telecentros en los municipios menores de 5.000 habitantes.

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