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Reportaje:

La falta de cariño impide crecer

Un estudio universitario vincula el déficit de desarrollo de los bebés con la merma afectiva

Javier Arroyo

Los bebés vienen al mundo tan necesitados de amor como de comida o cuidados higiénicos. La falta de cariño provoca algo más que bebés tristes aspirantes a convertirse en adultos con serios problemas emocionales o intelectuales. Según la catedrática de Enfermería Infantil de la Escuela de Ciencias de la Salud de la Universidad de Granada, María José Aguilar Cordero, es un hecho que la carencia afectiva tiene en los niños menores de tres años resultados puramente físicos como el retraso del crecimiento y el desarrollo, que se manifiesta en falta de peso y talla corta, así como en un aspecto desnutrido con delgadez, piel fría y trastornos frecuentes.

El origen, explica Aguilar Cordero, está en que la carencia afectiva produce estrés en el bebé, lo que eleva el nivel de una hormona denominada serotonina que, a su vez, inhibe en alguna medida la producción de los niveles suficientes de la hormona del crecimiento.

La profesora Aguilar Cordero, que define la carencia afectiva o abandono emocional como "la falta de cuidados básicos y psicoafectivos de los padres o cuidadores hacia el niño, con carácter crónico", considera que el desafecto es una forma de maltrato psicológico con consecuencias "devastadoras" si no se trata en los primeros años de vida. En definitiva, una maltrato más sutil que el físico y, por ello, mucho más difícil de detectar.

Los malos tratos físicos están cediendo paso a estos otros, más difíciles de detectar. Aguilar precisa que hay detalles que pueden indicar que un bebé no está recibiendo todos los cuidados que necesita. Es el caso, por ejemplo, de pequeños que no están vacunados adecuadamente, de niños a los que sistemáticamente sus padres recogen tarde del colegio o que no van vestidos de acuerdo a las temperaturas, explica.

En cualquier caso, las secuelas físicas de la falta de cuidados básicos y de cariño son, tratados con tiempo, reversibles. Sobre todo si se tratan en niños con menos de tres años ya que si el retraso en el crecimiento procede de una alteración hormonal es posible actuar en ese ámbito. El problema es grave en niños mayores de esa edad, en la que el déficit de desarrollo no necesariamente depende de problemas en la secreción de hormonas del crecimiento.

Modelo de madre

Otro elemento fundamental a la hora de recuperar un niño maltratado afectivamente es la necesidad de un modelo de madre y de padre. La profesora Aguilar realizó sus tesis sobre carencia afectiva en dos tipos de instituciones donde se recogían a niños abandonados o sin familia. Una de estas instituciones era un centro con un sistema lo más parecido posible al entorno familiar en la que una mujer cumplía el modelo de madre 24 horas al día sobre un reducido grupo de niños y niñas.

Los cuidados en la otra institución los ofrecía personal dividido en turnos de ocho horas. Los resultados fueron abrumadores. La mejora en la salud física y mental de los niños tutelados con un modelo de madre era muy superior a los que estaban bajo un personal rotatorio. El papel de una madre, sea la verdadera u otra persona que lo realice convenientemente, se demostró esencial para superar los problemas de carencias afectivas desde el nacimiento.

Pero la profesora Aguilar alerta: "El papel del padre, al menos en nuestra cultura, también es fundamental". Como experiencia personal recuerda que a veces llevaba a sus hijos menores a visitar los centros y los niños allí ingresados, para su sorpresa, insistían en preguntarles a sus hijos si tenían padre y cómo era. "Los niños necesitan también hablar sobre su padre".

Es por ello que Aguilar, que colabora también con el Juzgado de Menores de Granada, insiste en la necesidad de que, en casos de niños abandonados, la adopción se realice, con todas las medidas de cautela necesarias pero en el menor tiempo posible, porque la integración de estos niños en un medio familiar estable a tiempo, puede ofrecerles una vida mucho más equilibrada.

Además de cariño y cuidados, es crucial que los niños estén suficientemente estimulados en sus primeros años de vida. Si bien el número de neuronas que tendremos en toda nuestra vida depende de la naturaleza, es en los dos primeros años de vida cuando se desarrollan todas las conexiones y ramificaciones neuronales. Esa actividad sí depende de la estimulación que reciba el niño en esos dos años de vida. En fin, la mejor forma de proveer para el futuro del bebé es darle en ese periodo mucho juego, mucha música y mucho cariño.

Maltrato infantil

Los casos de maltrato infantil van más allá de la vejación física o la falta de cuidados básicos, lo que se denomina carencia afectiva. La profesora Aguilar Cordero menciona en su recién publicado Tratado de Enfermería Infantil, otros daños que también se infligen a los niños: la negligencia, el abuso sexual y el síndrome de Munchaussen.

La negligencia se explica como la falta de cuidados físicos de carácter crónico que provoca en el menor lesiones o daños por el escaso cuidado de los padres. El síndrome de Munchaussen ocurre cuando los padres inventan o falsifican los síntomas de sus hijos. De cada 10 niños maltratados en España, nueve son víctimas de negligencia, cuatro de maltrato emocional, dos de maltrato físico y 4 de abuso sexual. La suma final es mayor de 10 porque muchos niños sufren varios tipos de atropellos a la vez.

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