Los artesanos miran al futuro

Casas de muñecas, lámparas de cristal, espejos de mano, collares, bordados, títeres y espadas son algunos de los objetos presentados en las 46 casetas de Artesán, el primer Salón de la Artesanía y de las Costumbres Populares de Andalucía, que hasta el próximo domingo se puede visitar en la Institución Ferial de Jaén.

La exposición ofrece la posibilidad de asistir a la transformación de materiales tales como el barro, la madera, el hierro o la cera, que son los protagonistas de esta feria a la que asisten artesanos de las ocho provincias andaluzas y de otras comunidades españolas como son la valenciana, manchega o catalana.

La promoción de la riqueza artesanal de Andalucía es uno de los retos de la Consejería de Economía, organizadora de Artesán. "Queremos crear un censo en el que se refleje la realidad del mundo de la artesanía y convertir el sector en una realidad económica medible, conociendo su importancia real en términos de inversión, producción, asociacionismo y empleo", señala Fernando Calahorro, delegado provincial de Economía.

En la actualidad, los datos que se conocen de ocupación y actividad económica del sector en Andalucía son sólo estimaciones indirectas. "Se calcula que en Jaén se pueden encontrar alrededor de 2.000 artesano pero se trata tan sólo de una aproximación", indica Domingo Moreno, gerente de Ferias Jaén.

Con el paso del tiempo, la artesanía ha pasado a concebirse como un bien cultural. No obstante, Domingo Moreno añade que, sin renunciar a esta idea, el salón se presenta también "como escaparate comercial en estas fechas tan marcadas por el consumo".

Uno de los sectores presentes en Artesán es el mundo cofrade y el artesano Francisco Franco, que en Sevilla tiene una media de 20 personas al año trabajando en su taller de bordados de escudos, sallas y mantones. Este empresario asegura que "el mercado que representa las hermandades y cofradías de la Semana Santa es amplio y con mucho futuro, sobre todo en Andalucía", aunque también afirma que ha tenido pedidos de otros países, entre los que cita a Italia.

Tal es la relevancia del trabajo artesanal del mundo cofrade que la organización tiene previsto realizar un salón de forma paralela a Artesán dedicado exclusivamente a estas labores en las próximas ediciones.

Pero Artesán no sólo se limita a la simple exposición de objetos. Cuenta también con la exhibición en directo de oficios de artesanos prácticamente desaparecidos como son aquellos que emplean el esparto como materia prima, o el modelaje del barro y la arcilla, que ha contado para la ocasión con el trabajo in situ del ubetense Paco Tito.

Esta primera feria, que también quiere ser un referente de las costumbres populares tiene entre sus participantes a la asociación La Esparteña y al museo etnológico de la Sierra de Segura (Jaén). José Laso, miembro de La Esparteña, afirma que esta organización y el museo "reproducen como si fuese una casa rural de principios de siglo XX diversos escenarios que reflejan el modo de vida rural desde el mundo del pastor al de la escuela, pasando por la época de la matanza o de la represión de la posguerra en el mundo rural". Para mostrar la tarea realizada, José Laso ha llevado hasta el recinto ferial muebles de madera restaurados en el mismo taller con el que cuenta el museo.

Del mismo modo, durante estos días se proyectan documentales relacionados con el mundo de la artesanía y ayer tuvo lugar la actuación de los grupos folclóricos jiennenses Panaceite y Los de Siempre, que acompañaron la presentación del tercer tomo de Las artesanías de España (Ediciones del Serbal, 2002), dedicado a Andalucía y Canarias, de Guadalupe González-Hontoria directora del Museo de Artes y Tradiciones Populares de la Universidad Autónoma de Madrid.

El primer Salón de la Artesanía y las Costumbres Populares, con un presupuesto de 120.000 euros, ha contado con la colaboración de la Delegación de Educación, que ha organizado numerosos viajes de alumnos de escuelas de artes y oficios de la provincia.

Parte del presupuesto ha sido destinado a sufragar los gastos de viaje y de alquiler de los puestos de los artesanos participantes en esta primera cita andaluza del sector que busca apoyar y mantener el patrimonio artesanal de Andalucía. El objetivo de la feria es convirtirse en un referente del mundo artesanal en el futuro recordando oficios que se resiten a desaparecer.