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Columna
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Caída en combate

Teófila, caída en combate. No se la ve, no se la oye, nadie sabe dónde está y hasta un político que tan bien la conoce, porque lo laminó, como es Enrique Bellido, ex presidente del PP de Córdoba, se preguntaba en estas mismas páginas, dónde estaba Teofila. Pues eso, caída en combate; sola y sin más recursos que su estimable vocación para pelearse con casi todo el mundo y estar de malhumor permanente. Tal cual Rajoy desde que le entró la fiebre del chapapote y se sacó de la mollera, como si aún estuviera en la oposición, un "dimita señor Caldera", recordando otra frase histórica, de Aznar, el "váyase señor González". Hasta los más acérrimos defensores de Teófila ya otean en el horizonte el fracaso electoral que se les viene encima, a tenor de lo que dicen los sondeos, los propios y los ajenos. Por eso, armados de paciencia, son bastantes los dirigentes del PP-A los que se preguntan qué está pasando con Martínez y quién puede o debe enderezar la situación, sobre todo, cuando dijo algo tan sensato como que ella no se inmiscuía en los asuntos de la Iglesia, cuando tan sólo unos días antes había defendido como sólo ella sabe al presidente de Cajasur, Miguel Castillejo. Donde no está es en las Bahamas, sino dando el callo en la ciudad de la que es alcaldesa, Cádiz, su amor y refugio. El resto de Andalucia le importa, al parecer, un pimiento. Y los 200.000 trabajadores andaluces que pueden perder el subsidio. De lo contrario, ya hubiera hecho algo muy simple y recomendable: o me arreglais el PER o dimito. Pero no sólo no lo hace sino que ni tan siquiera hizo acto de presencia en el Senado cuando se debatía el PER. Las ausencias de Téofila en el Senado son moneda corriente. La actitud de quien debería liderar la conquista del Palacio San Telmo está llevando el desánimo a las filas populares. Teófila sigue nadando contra corriente, sin los apoyos suficientes que cabría esperar de quien la nominó, o sea, de Javier Arenas. De nada vale que tenga el calor de su gran amigo, Rodrigo Rato, aunque visto el nombramiento de su marido como consejero de Gas Natural habría que decir que de algo han servido estos lazos que arrancan desde hace años, en los que su esposo tuvo relaciones empresariales con el vicepresidente.

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