A disposición judicial 110 de los 164 detenidos en la redada contra la inmigración irregular
Ciento diez personas, casi el 70% de las 164 detenidas -la mayoría, hombres- el pasado martes en una macrorredada policial contra las mafias de la prostitución que operan en Madrid, pasaron ayer a disposición judicial, según una portavoz de la Jefatura Superior de Policía, que no quiso precisar qué cargos se les imputan. "Habrá de todo: falta de documentación, proxenetismo,...", explicó. Otros 54 arrestados han quedado libres. La operación "seguirá" en las próximas semanas, según estas fuentes.
Ayer a mediodía, en la calle de la Montera, uno de los dos epicentros -junto a la Casa de Campo- de la redada del martes, menos de 20 prostitutas (habitualmente, a esa hora hay más de 70) esperaban a los clientes apoyadas en escaparates y soportales. "Tenemos miedo de que vuelvan [los policías]", decía en un precario español Helena (nombre ficticio), una meretriz búlgara que aseguraba haber visto a más agentes, de paisano, esa misma mañana. "Pero nos hemos ido corriendo y no han cogido a nadie". Unos metros más allá, Wendy (también es nombre ficticio), una joven dominicana apostada en la esquina con Gran Vía, bajaba la mirada hacia el suelo y murmuraba: "Hay menos chicas y menos clientes. Es por miedo". Efectivamente, la lluvia incesante, la presencia de los periodistas y la amenaza de una nueva redada disuadieron durante la mañana tanto a las meretrices como a sus clientes.
"Es importante que se tome conciencia del problema, y en ese sentido la operación policial del martes nos da esperanza y nos hace pensar que no estamos solos. Aunque la solución no es criminalizar a las prostitutas", afirmaba por su parte Juan Ramírez, portavoz de la Asociación de Vecinos de Montera y Aledaños, que ha convocado una manifestación para mañana, a las 19.00, en la Puerta del Sol, contra el ejercicio callejero de la prostitución.
Reacción
Ramírez teme que, después de la redada policial, las meretrices se sientan acosadas y reaccionen contra los vecinos. "Entre las chicas que se prostituyen aquí hay de todo, como en botica, y como entre los propios vecinos: algunas son más agresivas, otras más educadas", explica el portavoz de la asociación. "Hasta este momento ellas, y sobre todo sus proxenetas, se habían creído a salvo de los controles policiales. Pero, a partir de ahora, se sentirán vigiladas, y es posible que reaccionen arremetiendo contra los vecinos. Hay comerciantes que tienen miedo", concluye.