El laberinto telefónico
La gran cantidad de tarifas, ofertas y contratos complica la tarea del usuario de elegir compañía
Tarifas oficiales, tarifas planas, bonos, descuentos, promociones, llamadas gratuitas entre abonados, cuota de alta, cuota de abono, establecimiento de llamada, franquicias, facturación por minutos o por segundos. Los usuarios de telefonía fija no lo tienen fácil para entender esa maraña de conceptos de la que depende su factura.
Casi cinco años después de la liberalización de este mercado, el 86% de los usuarios está satisfecho con su compañía telefónica y el 94% no tiene ninguna intención de cambiar, aunque con el pequeño pero de que el 60% desconoce por completo las ofertas de la competencia. Esta desconcertante conclusión se desprende de una encuesta del Instituto Nacional de Estadística (INE) y la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), presentada esta semana.
¿Cuál es la compañía más barata? Esta pregunta que se hacen muchos abonados, confundidos por la gran cantidad de ofertas, no es fácil de contestar. En términos generales, expertos y asociaciones de consumidores dan una receta: si el consumo mensual medio de un cliente residencial no es muy elevado (el gasto medio en teléfono fijo de los españoles es de 34,07 euros al mes), conviene optar por una sola compañía y elegir, dentro de sus distintas ofertas, la que más se ajuste a sus necesidades.
Ahora bien, a medida que crece la factura, conviene pensar en ser cliente de varias compañías o conseguir un mecanismo que seleccione las ofertas más interesantes en cada uno de los casos.
Ofertas rentables
Casi todas las compañías estructuran sus tarifas por tipos de llamadas (locales, provinciales, internacionales...) o por horarios (normal, reducido). Los planes de descuento y los bonos ofrecen un número de minutos de determinado tipo de llamadas a un precio fijo, pero tienen el inconveniente de que sólo salen rentables si realmente se consume el tráfico contratado. Por ejemplo, Telefónica tiene en el mercado 25 planes de descuento donde elegir.
Si el usuario se siente con fuerzas para hacer valer su capacidad de elección tiene varias alternativas. Una de ellas es elegir sus llamadas una por una, en función de la tarifa más económica en ese momento, mediante la marcación de un prefijo distinto para cada compañía (acceso indirecto). Esta posibilidad queda reservada a los usuarios dispuestos a enfrentarse a una tarea tan engorrosa y complicada.
También se pueden contratar todas las llamadas por un operador distinto de Telefónica sin necesidad de marcar prefijo ni cambiar de línea mediante un contrato de preselección con la nueva compañía. En este caso, no se puede volver a ser cliente de Telefónica hasta transcurridos cuatro meses y se reciben dos facturas -una del operador preseleccionado, con el consumo, y otra de Telefónica, con la cuota de abono-, ya que la factura única aún no está disponible.
Otra alternativa es abonarse a una compañía de cable -requiere instalar una nueva línea- o contentarse con Telefónica.
Con las últimas cifras disponibles, de finales del año pasado, que incluyen a las empresas, 5,5 millones de clientes utilizan el acceso indirecto, 1,14 están preseleccionados y 12,7 millones utilizan exclusivamente una compañía (de los que más de un millón son abonados del cable y, el resto, de Telefónica). Si uno no sabe qué compañía elegir, al menos le queda el consuelo de que las tarifas de telefonía fija han caído más de un 50% de media desde la liberalización, según la CMT.
A falta de estudios comparativos, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) realiza análisis de precios con el objetivo de saber cuál es el operador más barato (ver gráfico). El cálculo de una cesta en la que se incluyen la cuota de alta, el abono mensual durante un año y un conjunto de 1.125 llamadas muestra el coste de la factura telefónica anual más barata. Entre los operadores principales de ámbito nacional, el más barato, según el último estudio de la OCU (publicado en octubre), es Jazztel, seguido de Tele2, Aló, Telefónica, Retevisión y Uni2. Pero las compañías cuestionan la validez de este resultado alegando que la complejidad de las tarifas hace imposible ser tan tajante. Es más, la OCU realiza este cálculo sobre una cesta compuesta por un 71% de llamadas locales, un 15% a móviles, un 8% interprovinciales y un 6% provinciales. "Si la distribución de sus llamadas es muy diferente de la que hemos utilizado para este cálculo, conviene que haga usted sus propias cuentas", dice la OCU.
Algunas páginas de Internet pueden servir de ayuda para consultar cuáles son las tarifas más baratas en cada momento, como Junglatel (www.junglatel.com/j) y Teltarifas (www.teltarifas.com). En esta última, una búsqueda rápida arroja el siguiente resultado: a las cinco de la tarde de un martes, una llamada provincial cuesta 0,0384 euros por minuto con Telefónica; 0,0433 con Jazztel; 0,0601 con Retevisión, y 0,0721 con Uni2. Por último, con 0,0200 euros, la más barata sería Tele2.
No siempre es así. Si la misma llamada es interprovincial, recurrir a Retevisión puede ser más económico, por ejemplo, que Telefónica. "Claramente no es posible decir qué compañía es más barata, ya que no todos los operadores ponen las mismas condiciones tarifarias a sus clientes", señala Sergio Román, de Teltarifas.
Mayor transparencia
Con el objetivo de aumentar la transparencia en las tarifas, la CMT, organismo regulador de las telecomunicaciones, dispone en su web (www.cmt.es) de un apartado en el que las más de 60 compañías telefónicas (tanto fija como móvil) informan de forma voluntaria de sus tarifas y ofertas. Sin embargo, sólo tres operadoras (Retevisión, Telefónica y R, compañía gallega de cable) han remitido la lista completa de sus precios.
Frente a la confusión que sufren los usuarios ante la maraña de ofertas, existen compañías que ayudan a gestionar la factura. Es el caso de Affinalia, que se dedica a revender minutos a sus clientes con la garantía de que "pagarán por sus llamadas lo que les habría cobrado, ese mes, el más competitivo de los seis principales operadores: Aló, British Telecom, Jazztel, Retevisión, Telefónica y Uni2".
"Es bastante trabajoso elegir la mejor oferta, porque las diferencias a veces son escasas", asegura Miguel Ángel González, director general de esta firma. El 80% de sus 14.000 clientes son pymes, porque este sistema suele ser rentable si el consumo del abonado supera los 120 euros mensuales; de lo contrario, el ahorro apenas se nota.
Las organizaciones de usuarios aconsejan controlar las llamadas de fijo a móvil. Salen caras y suponen entre un 30% y un 50% de la factura media del abonado. Auna ofrece una promoción entre llamadas de fijo a móvil de sus clientes (Retevisión, Amena y Aunacable), pero lo aconsejable suele ser llamar a un móvil desde otro móvil.
Una maraña de planes en móviles
Los ciudadanos están más al tanto de los precios en telefonía móvil que en fija: la mitad de los usuarios encuestados por el INE y la CMT conoce las ofertas de la competencia. El grado de satisfacción es elevado (91,4%), y sólo el 5% quiere cambiar de compañía (se puede hacer sin cambiar de número).
El precio es la principal motivación para ello. La existencia de sólo tres compañías (Telefónica Móviles, Vodafone y Amena) facilita la elección de operador.
Sus planes de precios, aunque con variada denominación, se organizan en torno a cuatro grandes grupos de clientes: jóvenes, residenciales, profesionales y autónomos y grandes empresas. En el primer grupo (MoviStar Activa, Tarjetas de Vodafone, Tarjeta Amena) las ofertas se concentran en el tiempo de ocio y en los mensajes. Pero el precio por minuto es superior (entre un 35% y un 50% más caro) que el que pagan los clientes con contrato. El usuario medio de telefonía móvil gasta 40,95 euros al mes si tiene contrato y 20,21 euros si utiliza la modalidad de prepago (tarjeta). Para el cliente residencial (MoviStar Plus, Club Vodafone, Contrato Amena), que dispone de contrato y paga una cuota mensual de abono, se diseñan ofertas que permiten elegir el horario, combinando también con el destino (llamadas en las misma ciudad y provincia y nacionales).
Todos estos planes sufrirán una revolución cuando se generalice el GPRS y, sobre todo, el UMTS, que permiten la transmisión de datos de Internet, y se utilice la tarificación por paquetes de datos y no por duración de la llamada.
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