El peliagudo tema de las energías renovables

Un área imprescindible en cualquier ejercicio de prospectiva es el de la energía, pero es también un área especialmente sujeta de los llamados factores críticos, cuya variación puede echar por tierra cualquier predicción. Las oscilaciones en el precio de las materias primas y los cambios en el marco normativo y legal tienen una gran influencia en este sector. En su repaso al estudio de prospectiva tecnológica en energía realizado por OPTI, que finalizó en 1999, su coordinador, Fernando Fernández Sudón, del CIEMAT, explicó que se están cumpliendo bastantes de las previsiones realizadas, pero que en la energía solar, dentro de las energías renovables, el despegue está resultando bastante más lento de lo previsto, a pesar de que la tecnología puede considerarse ya madura.

Los expertos se fijan en las llamadas tendencias, como la reducción de costes, la integración en la red eléctrica y la integración en la edificación. Un nuevo y reciente decreto ha supuesto el pistoletazo de salida para la construcción de centrales solares termoeléctricas -las grandes instalaciones que aprovechan la energía del sol para producir gran cantidad de electricidad integrable en la red actual de distribución- y la evolución tecnológica de los aerogeneradores ha sido más rápida de lo previsto.

Fotovoltaica

Sin embargo, el uso de la energía fotovoltaica (los paneles solares que convierten directamente la energía solar en electricidad) está todavía muy poco extendido debido a que no se ha producido, ni los expertos lo esperan en un horizonte cercano, el avance tecnológico clave para poder reducir costes. Aunque existe desde hace dos años una prima por producción de esta energía (que también existe en el sector eólico), está resultado insuficiente, explicó Sudón. Otros países, como Alemania, han optado por una fuerte subvención de estos sistemas, pero el Gobierno español, a pesar de las favorables condiciones climáticas y las ventajas de esta fuente de energía no contaminante, no ha seguido este camino. Tampoco los sistema solares para calentar el agua se han extendido tanto como preveían los expertos en 1999.

Para un futuro cercano siguen vislumbrándose interesantes y hasta revolucionarios avances que llevarían a sistemas distribuidos de energía, como las pilas de combustible (en hogares y automóviles) y nuevos sistemas de almacenamiento, especialmente para el hidrógeno, considerado por muchos el combustible del futuro. Sin embargo, Sánchez Sudón recordó también que, según los expertos, el mejor megavatio es el que no se gasta -el llamado negavatio- y que en eficiencia energética en España queda muchísimo por hacer.