"A veces, ser un hombre es un imperativo"

"El 90% de la violencia del mundo está ejercida por varones", un dato que esconde un comportamiento "aprendido, no biológico". Eso sostiene Carmen Magallón (Alcañiz, Teruel, 1951), doctora en Físicas con estudios de Filosofía y vicepresidenta de la Asociación Española de Investigación para la Paz (AIPAZ), quien hace unos días participó en San Sebastián en el I Foro de Educación en Valores. Allí defendió que una cultura de paz pasa por modificar el modelo tradicional de varón, que "victimiza a las mujeres y a los propios hombres".

Pregunta. ¿Qué modelo de varón predomina?

Respuesta. El de la competencia, el poder, el dominio, la fuerza, la violencia... Un modelo en el que el mundo de los afectos ha sido eliminado de la socialización o, por lo menos, no ha sido unido con la idea de masculinidad.

P. Plantea que la violencia doméstica puede ser una guerra más de identidad que afecta a los varones.

R. Hombres normales matan a sus mujeres. Hay algo en la normalidad cultural que es patológico. Es preciso ver qué es normal, cómo se educa a los varones, qué universo conceptual les está socializando. Es decir, hay que analizar qué modelos se transmiten en el cine, la televisión, los libros... o cuando se dice este es un "hombre, hombre".

P. Una expresión peligrosa.

R. A veces, ser un hombre, más que un hecho, es un imperativo. Se le dice a los chicos: "Tienes que ser un hombre", con toda la carga de normatividad que conlleva. Es un modelo esquematizado, que coarta la libertad de los chicos. Éstos deberían encontrar modelos de hombres, que existen, más variados, plurales, tiernos...

P. ¿Qué acciones propone para modificar ese modelo?

R. Como proponen los países nórdicos, estaría bien que Naciones Unidas organizara una conferencia mundial sobre este tema, que no ha de considerarse de mujeres. Es muy importante que los hombres entren a debatirlo. Hay que cambiar sus mentalidades. También sería positivo crear un Instituto del Varón.

P. ¿Qué función tendría?

R. Cambiar ese modelo dominante. Tenemos que crear un universo en el que hombres y mujeres seamos iguales, aportando nuestras diferencias. Sería importante dar a conocer lo que ya hacen muchos varones, pero que no sale a la luz.

P. ¿No se atreven a defenderlo públicamente?

R. Esas conductas individualizadas no están teorizadas. Y las teorías funcionan. Las teorías de la igualdad que propugnamos las mujeres han acabado en leyes de igualdad. Pues las teorías que propugnen libertad para los varones pueden acabar en libertad para ellos.