Wall Street tira del carro

La posibilidad de que la crisis económica haya tocado fondo en Estados Unidos ha servido de aliciente al conjunto de los mercados de valores, en los que los inversores han hecho caso omiso de la creciente debilidad de la economía europea. El Ibex 35 termina la semana con una subida del 4,61%.

La economía estadounidense ha lanzado esta semana un par de mensajes cuya lectura ha sido muy positiva por parte de inversores y analistas. Por el contrario, las previsiones apuntan hacia un enfriamiento mayor en Europa, pero los inversores se han centrado en las expectativas de Estados Unidos convencidos de que algunos meses después tendrán reflejo en Europa. El resultado ha sido un nuevo tirón alcista de las cotizaciones que ha hecho ganar al Ibex 35 el 4,61% en la semana, la quinta subida en importancia de este año. El índice general de la Bolsa de Madrid ganó el 4%.

Los datos que han logrado elevar el nivel de confianza de los inversores estadounidenses han sido las previsiones de beneficios sobre las empresas que componen el índice S&P 500, que se cifran en el 16,5% para el último trimestre del año. En el tercer trimestre los beneficios de esas empresas crecieron el 7,3%. El otro dato fue el índice compuesto de tendencia, leading indicators, del mes de octubre, que dejó de descender después de cuatro meses consecutivos de descensos. Lo curioso es que la cesta de índices frenó la caída, siendo uno de los principales impulsores del cambio de tendencia el propio mercado de valores, cuyo índice pondera con fuerza en esa cesta de indicadores económicos.

En cualquier caso, inversores y analistas acarician la posibilidad de que lo peor ya haya pasado, al menos en Estados Unidos, puesto que la OCDE ha revisado a la baja las perspectivas de crecimiento para la eurozona para este año y el próximo. Esas estimaciones de menor crecimiento coinciden con el anuncio de la banca alemana de que este país puede entrar en recesión "en el curso del invierno".

La reacción de los inversores se ha limitado, pues, a seguir la tendencia del mercado más importante con la confianza de que algunos meses después de que Estados Unidos inicie la recuperación, ésta comience también en Europa.

El principal problema que plantea esta manera de ver las cosas está en el difícil equilibrio que deberán mantener las cotizaciones con una economía estancada, aunque también para eso hay respuestas: la bolsa española está comparativamente baja y existe margen suficiente para un ajuste de precios.

Otra de las razones que esgrimen los partidiarios de sumarse a la tendencia global está en la rebaja de los tipos de interés que, con muchas probabilidades, llevará a cabo el BCE en el próximo mes de diciembre. Con estas cartas en la mano, los inversores intentan adelantarse a los acontecimientos, aunque sin arriesgar demasiado dinero.