Las 1.200 plazas de los albergues para indigentes están ya llenas tras la llegada de los primeros fríos
El frío no ha hecho más que empezar y todos los refugios para indigentes, tanto los públicos como los privados religiosos, con 1.200 camas en total, están ya a tope. Así lo reconoce el responsable del programa de personas sin hogar del Ayuntamiento de Madrid, Ernesto Cabello. "Hay que reforzar la red de acogida", admite y explica que el consistorio, las ONG y la Comunidad están estudiando cómo hacerlo. Mientras, las únicas plazas de refuerzo serán las 100 de emergencia que se abren cada año en noviembre y 25 más, nuevas, en hostales.
Las 1.200 plazas que funcionan todo el año están ya abarrotadas. El lunes -dentro de la campaña contra el frío que durará 127 días y costará 354.870 euros al consistorio- abrirán 75 más en el albergue de Mayorales y cuando las temperaturas bajen de cero grados se habilitarán otras 49 (24 de emergencia en los albergues y 25 en pensiones). Una vez que todas estas camas se llenen, la única alternativa para quienes carecen de un hogar será la estación del metro de Atocha.
Ninguna institución o ONG sabe cuántos ciudadanos duermen cada día en la calle, guarecidos entre cartones, en edificios vacíos o en cajeros automáticos. Pero, según un estudio que está elaborando la Universidad de Comillas para el el futuro Plan contra la Mendicidad, pueden ser cerca de medio millar.
Aparte de a estas personas totalmente a la intemperie los albergues atienden cada año a más de 6.000. Unas se cobijan en ellos sólo unos días por algún problema puntual o durante meses.
La creciente llegada de inmigrantes a la región es una de las causas de que los centros de acogida estén cada vez más llenos. Antonio Rodríguez, presidente de la entidad que agrupa a todos los albergues religiosos, con unas 500 plazas, explica que el 40% de los usuarios de estos refugios son inmigrantes. El año pasado, en el albergue municipal de Mayorales el porcentaje ascendió al 64%.
Estos trabajadores extranjeros presentan unas características muy diferentes a las de los usuarios habituales de los refugios. Suele tratarse de personas jóvenes en plenitud de facultades físicas y psíquicas frente al deterioro de los sintecho crónicos. Por eso desde las instituciones se está tendiendo a abrir centros de acogida especializados para inmigrantes. Hay dos, municipales, y regentados por Cruz Roja en San Blas (120 camas) y la Casa de Campo (60 camas), que están al completo, y 9 centros de atención con 135 plazas de acogida. "Los recursos se llenan de inmigrantes porque necesitan un techo mientras otras personas sin hogar más deterioradas se quedan en la calle. Por eso creamos hace un año un albergue específico para extranjeros en la Casa de Campo y limitamos su tiempo de estancia en el de San Isidro, para poder acoger en él a grupos aún más desprotegidos", concluye Cabello.
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