El sexteto de rock mexicano Santa Sabina debuta en España

La cantante Rita Guerrero y el bajista Alfonso Figueroa son el núcleo fundacional de Santa Sabina, potente sexteto mexicano surgido en 1989 del circuito del teatro universitario, que debuta hoy en la sala madrileña Suristán.

Recién llegados de un festival en Berlín, Guerrero y Figueroa se quejan de que se espere de un grupo mexicano un sonido típico y una actitud tópica: "La nuestra es una propuesta de rock experimental", afirman.

El nombre hace referencia a María Sabina, la hechicera de Oaxaca que fascinó a escritores tan dispares entre sí como el británico Robert Graves o el Nobel español Camilo José Cela. "Ella era experta en el culto de los hongos, los alucinógenos que ayudan al conocimiento. Queríamos homenajear a las culturas prehispánicas. El México urbano vive ajeno a la sabiduría de los indios. Fuimos el primer grupo que saludó en un disco (Símbolos, 1994) la aparición de los zapatistas. Con el colectivo La Bola, organizábamos conciertos para Chiapas. En 2001, cuando el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) viajó a la capital, nos saludaron los dirigentes de la organización, liderada por el subcomandante Marcos, con mucho cariño: 'Así que ustedes eran los que nos traían alimento y no esperaban para hacerse la foto', nos dijeron. Para ellos, también nosotros éramos un misterio".

Tras una década y cinco discos con BMG, el grupo ha saltado a la independencia con Mar adentro en la sangre, primer CD suyo distribuido aquí: "Vivimos el primer boom del rock mexicano, cuando BMG tenía un sello especializado, Culebra. Pero los ciclos de las transnacionales no se corresponden con la vida natural de un proyecto artístico", explican.

Santa Sabina busca su sitio en un México gobernado por el derechista PAN: "Con Vicente Fox, todo es confuso. En las grandes ciudades hay una mayor tolerancia, pero no se habla de los toques de queda, de la represión en zonas controladas por el PAN. Con el PRI, sabías manejarte entre sus contradicciones; ahora, hay que aprender unos códigos que desconciertan incluso a los empresarios, que eran los valedores de Vicente Fox", aseguran.