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FÚTBOL | La semana del gran clásico

600 encargados de la seguridad

El regreso de Figo al Camp Nou, dos años después de que tuviera uno de los recibimientos más hostiles que se recuerdan en el mundo del fútbol, es el asunto que más preocupa estos días sobre la seguridad del clásico de mañana. De hecho, unas 600 personas -entre agentes privados y policías- se encargarán de la seguridad antes y durante el encuentro, un duelo que la pasada temporada también fue alterado por los radicales vascos que saltaron al césped en el segundo tiempo y por dos manifestantes antiglobalización que se encadenaron a un poste de una portería al poco de comenzar el choque.

Además del asunto Figo, al Madrid también le inquieta el recibimiento que pueda tener Ronaldo, si bien éste hizo un tránsito en el Inter de Milán antes de recalar el pasado verano en el Bernabéu. Desde su marcha, el brasileño ya ha jugado dos veces en el Camp Nou, y en ambas fue ovacionado; pero, claro, jugando con la camiseta de Brasil, no con la del Real Madrid.

Por si acaso, Gerard, jugador salido de la cantera del Barça, dijo ayer que el recibimiento a Figo de hace dos temporadas, es "irrepetible" y pidió que el público se centre más en animar al equipo azulgrana que en abroncar al portugués o a Ronaldo.

Para evitar cualquier incidente, el Barcelona ha elaborado para el partido de mañana un plan de seguridad específico. El club azulgrana ha contratado un mayor número de agentes de seguridad (habrá unos 200 en el Camp Nou), muchos de los cuales se repartirán tras las porterías y en los laterales del campo.

En el control de este partido declarado de "máximo riesgo" intervendrán también unos 400 agentes de la policía nacional (incluidas unidades de caballería, perros guía, antidisturbios e incluso de vigilancia del subsuelo) y otros 50 de la Guardia Urbana de Barcelona.

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