El 'padre coraje' resiste
Se cumplen siete años sin culpables del asesinato de Juan Holgado
Se cumplen siete años sin culpables del asesinato de Juan Holgado
Se ha convertido en un ritual. Siempre que se acerca el 22 de noviembre, Francisco Holgado, conocido popularmente como el Padre Coraje, se aprieta las tripas y acude a la gasolinera donde mataron a su hijo, tal día como hoy, en 1.995. Lo hizo ayer, primero en solitario y después con su mujer, y volverá a llevar flores hoy para recordar a un Juan Holgado por el que una descolorida pancarta sigue pidiendo justicia siete años después en ese mismo lugar. Pero no es sólo un homenaje al joven asesinado. Es, además, una forma de remover conciencias, de llamar la atención sobre un caso que aún sigue sin resolver y que transcurrido este tiempo permanece clavado en la memoria de los jerezanos como uno de los mayores dramas de la ciudad.
En la actualidad, todo está pendiente de la instrucción complementaria que ordenó practicar el Tribunal Supremo tras declarar nulo el juicio que en 1.999 absolvió por falta de pruebas a los cuatro acusados por el crimen. El alto tribunal dio un portazo al proceso judicial que se había seguido al no haber aceptado como pruebas la Audiencia Provincial de Cádiz las cintas que el padre de la víctima grabó tras introducirse en los bajos fondos de Jerez, y el testimonio de la ex mujer de uno de los imputados, quien estaba dispuesta a inculpar a su antiguo compañero sentimental. Sin embargo, las grabaciones que el Padre Coraje llevó a cabo a lo largo de noches interminables en los suburbios de Jerez y con una pequeña grabadora escondida entre los ropajes que le servían para disfrazarse y no despertar las sospechas de los presuntos asesinos de su hijo, no parecen aportar pruebas concluyentes que pudieran cambiar el signo de la sentencia en un segundo juicio, sin fecha aún.
La familia Holgado ha decidido, recientemente, cambiar de abogado. José Miguel Ayllón, un letrado conocido por su labor al frente de la Asociación Nacional de Víctimas de Delitos Violentos, ha aterrizado en Jerez removiendo el fango en el que desde hace tiempo se encuentra atascado este caso. Una de sus primeras acciones fue solicitar el ingreso en prisión "por la alarma social" de la cuadrilla a la que se culpó del crimen, una solicitud que le ha sido denegada.
Poco se sabe de esos cuatro hombres que se sentaron en el banquillo de los acusados. Tanto Domingo Gómez Franco, El Dominguín, como Pedro Asencio han estado estos años entrando y saliendo de prisión por diversas causas relacionadas con el tráfico de drogas y delitos de poca monta. Nadie da pistas de Francisco Escalante, y Manuel Sañudo logró abandonar las malas compañías, encontró un trabajo y rehizo su vida en El Puerto.
Así las cosas, son muchos los que piensan que la Justicia no encontrará las pruebas suficientes para condenarlos. El actual comisario del Cuerpo Nacional de Policía en Jerez, Félix Álvarez, llegó a la ciudad en 2.000 y es contundente al respecto: "No hay manera de aportar nada nuevo porque todo lo que hay está judicializado y tenemos un caso que, tristemente, no ha quedado como debería quedar".
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