Obras en Sevilla

Situada dentro del casco histórico sevillano, Vidrio es transitada por la juventud noctámbula de La Carbonería, por los turistas camino de la Casa de Pilatos y, cómo no, por los miles de ciudadanos de la ciudad. El 20 de julio de éste año y previo aviso de Emasesa, se inician las obras de nuevas acometidas de agua y alcantarillado, con plazo de ejecución de tres meses. Nada que objetar, aunque sí se podría discutir ese plazo por excesivamente dilatado, aun teniendo en cuenta que la calle no permite la entrada de maquinaria pesada, aunque se favorece de la carencia de tráfico rodado en un segmento de su trazado. Después de innumerables molestias, que damos los vecinos por inevitables, se concluyen las obras de solado, no sin protestas de la vecindad por la poca pendiente para las aguas pluviales que se ha realizado.

Domingo día 3 de noviembre. Los muertos descansan en paz pero los vivos de la calle Vidrio, todavía no. A mediodía, algunos se dan cuenta de no tener luz. Se llama a Sevillana-Endesa y a eso de las 21.15 horas aparecen algunos empleados de la empresa para localizar la avería. No está clara la situación, pero culpan a la empresa que ejecutó las obras de lo que ocurre. Diez de la noche. Un martillo neumático comienza a perforar las baldosas.

Lunes día 4. Un enorme agujero de dos metros por dos enseña sus entrañas junto al número 13 de la calle. Será el primero de otros cuatros que durante ese día se han abierto en la calle para localizar el fallo. Los vecinos tienen luz gracias a un tendido provisional aéreo que han improvisado los empleados de Endesa. Y ahora viene la pregunta: ¿Donde está el responsable? ¿Qué ingeniero técnico descuidó la protección de la línea? ¿Si estaba mal, cómo no se aprovechó que la calle estuvo levantada durante meses para entubar nueva acometida con la normativa actual de protección? ¿Quién paga la reparación de la solería que todavía no fue pisada oficialmente? ¿Es dinero comunitario o la fuente de financiación es nacional? ¿Quién se responsabiliza ante el ciudadano de las molestias innecesarias que se le ocasiona? ¿Qué le dice el concejal de Obras y Servicios al alcalde? Tal vez no le diga nada, porque el alcalde no pasea la ciudad, va siempre en coche y cuando camina son trayectos que van de la alfombrilla de su coche oficial al salón donde se inaugura una exposición, se sirve un ágape o se reúne con su consistorio para el reparto de responsabilidades.