Un error en las máquinas marca como un nuevo viaje la salida de la estación de Sants

Casi todo el mundo paga por viajar en tren, pero desde hace seis o siete semanas los hay que pagan también por salir de él. Y es que las máquinas canceladoras de la estación de Sants no sólo marcan un viaje a los pasajeros que entran, también se lo marcan a los que salen y necesitan pasar el abono para que se desbloqueen las barras giratorias de la salida. Esto ocurre desde septiembre por lo menos. Renfe explicó ayer que conoce el problema y que está 'en vías de solución'.

El problema no se produce con todas las tarjetas ni con todas las canceladoras. Ni siquiera siempre con las mismas. Núria Ferré es una usuaria habitual del tren. Lo toma en Castelldefels y baja en Sants, y utiliza la tarjeta T-10. A finales de septiembre empezó a detectar que cada vez que salía la máquina le descontaba un viaje del abono. Ni corta ni perezosa, se fue a reclamar. No estaba sola.

Desde aquel día, Núria Ferré empleaba casi cada día entre 15 y 20 minutos en presentar la reclamación, lograr un papel de atención al usuario y desplazarse hasta el servicio de Cercanías para que le dieran otro abono con los viajes que habría tenido si la dichosa máquina no le hubiera contado uno de forma indebida. Cada día cambiaba de expendedora, con resultados casi siempre iguales.

Al poco, se fue corriendo la voz entre los usuarios, muchos de los cuales no habían reparado en el hecho, y la afluencia de viajeros que pretendían reclamar era tal que Renfe habilitó una sala y, además, puso un vigilante jurado en la puerta para ordenar la cola y disuadir a quienes anduvieran irritados por el tiempo perdido. 'La cola hacía que mucha gente, al cabo del tiempo, desistiera de reclamar porque acababa llegando tarde al trabajo', explica Núria Ferré.

El error, según Renfe, es de tipo informático y sólo afecta a las canceladoras de la compañía, que tienen problemas para reconocer algunos caracteres de la tarjeta T-10 de la zona 1, el abono más utilizado por los usuarios.

Al ser un problema específico de la empresa ferroviaria, ésta no se ha sentido en la obligación de informar a la ATM (Autoridad del Transporte Metropolitano), la entidad expendedora de las tarjetas. Efectivamente, no sabían nada de esto, aunque sí habían observado, según su portavoz, algunos problemas en la estación de Cataluña, y siempre con abonos de más de una zona.