'La televisión tiene que adornar los programas científicos'

David Filkin (Birmingham, Inglaterra, 1942), director de programas de divulgación científica de la cadena pública británica BBC, ha dedicado casi 40 años a intentar hacer atractivos desde la pequeña pantalla los siempre complejos mecanismos de la ciencia. Filkin, que la semana pasada participó en las jornadas organizadas por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, sostiene que el público es cada vez más ignorante, algo contradictorio con el alud de información a su alcance. Asegura que la televisión ha modificado sus principios de entretener, educar e informar. En su opinión, las cadenas comerciales luchan exclusivamente por la audiencia a fin de lograr mayores ingresos, y aquellas viejas aspiraciones se han visto suplantadas por un objetivo: entretener a un público masivo. Desde la BBC, Filkin consiguió atraer audiencias millonarias hacia los programas científicos Man alive y Tomorrow's world today. Su truco fue utilizar recursos propios de las novelas de intriga y de detectives para explicar los intrincados mecanismos de la ciencia, la medicina o la tecnología.

Pregunta. ¿Qué papel desempeñan los medios de comunicación, y en especial la televisión, para difundir un asunto tan complejo como la ciencia?

Respuesta. Es un gran problema para los comunicadores. Utilizamos los medios para tratar un tema muy especializado, pero es importante que el público en general aprenda una parte básica de este campo. Los científicos y los Gobiernos deberían animar a los especialistas en temas de ciencia a utilizar los medios para que el público pueda apreciarlos. Tal vez tengamos que adornarlos o empaquetarlos dándoles un envoltorio de entretenimiento. Por ejemplo, podemos poner las típicas bailarinas que aparecen en un show o en un concurso para hacer que imiten las moléculas que chocan e interactúan. Si utilizamos este tipo de trucos, podríamos incluso conseguir que la ciencia sea, a los ojos del espectador, tan atractiva como otros programas.

P. ¿La BBC ha resuelto las dificultades de la divulgación científica con ideas de este tipo?

R. Lo hemos hecho en el pasado, pero en el futuro será mucho más difícil. Hasta ahora había canales de televisión con películas, programas científicos y concursos. Ya no es así. Ahora hay tal cantidad de cadenas que la gente utiliza el mando para zapear. No podemos esperar que la gente se encuentre por accidente o por casualidad con un programa científico que no tenía previsto ver.

P. ¿El hecho de que los programas de la BBC aborden aspectos universales facilita su exportación a cadenas de televisión de otros países?

R. Hasta ahora se han exportado ampliamente, pero tenemos que tener en cuenta un problema: lo que yo llamo 'el síndrome de la patata frita'. Hicimos un programa con distintos países, entre ellos España, financiado por la Unión Europea, para que el público entendiera las causas medioambientales del cáncer. Para ilustrar una secuencia mostramos a una persona comiendo patatas fritas. En la versión inglesa teníamos que ponerlas envueltas en papel de periódico, como las toman ellos; en Bélgica las querían en una cajita de cartón y con mayonesa por encima. Vimos que algo tan simple es distinto según el país. De modo que no es fácil exportar este tipo de productos.