Frédéric Flamand asombra con su creación sobre Nijinski

La octava edición de la Bienal de la Danza de Múnich, que concluye en noviembre, alcanzó la pasada semana uno de sus momentos más brillantes, con propuestas de ruptura de entornos culturales diferentes entre sí. Frédéric Flamand presentó su espectáculo multimedia sobre Nijinski, y las españolas Sol Picó y María José Ribot dieron recitales demostrativos de sus contundentes personalidades escénicas.

María José Ribot se presentó, paradojas del destino, en una de las salas de la Haus der Kunst, siniestro edificio que se construyó en pleno nazismo, donde se exhibieron las obras de la exposición del arte degenerado. Por allí paseó su elegante desnudez la Ribot en sus Piezas distinguidas. Y el público, perplejo y algo formal al principio, finalmente se dejó llevar por la acidez y amplia metáfora de las viñetas ideadas por la madrileña.

Anteriormente, Sol Picó presentó con éxito Bésame el cactus, y ayer el suplemento cultural del Abendzeitung le concedía en uno de sus artículos una estrella de calidad.

Muy esperado era, y con razón, el artista belga Frédéric Flamand y su pieza Moving target, tercera de sus creaciones junto a arquitectos importantes actuales. Primero fue Metapolis junto a la iraní Zaih, luego la colaboración junto a Jean Nouvel y ahora ésta, que está arropada y proyectada en sus elementos escénicos y audiovisuales por el tándem Diller + Scofidio (formado por los arquitectos residentes en Nueva York Elizabeth Diller y Ricardo Scoficio).

Flamand dice que tiene un particular interés 'en todo loque concierne a la esquizofrenia, porque a partir de allí se ofrecen puntos de alcance de visión artística. Además, si entramos en el psicoanálisis, podemos encontrar similitudes curiosas entre el delirio y los procesos de inspiración creativa'.

La pieza Moving target despliega un gran aparato visual que se inspira en el constructivismo ruso y que luego es desmontado escena a escena. Los bailarines están espléndidos, exhibiendo además dotes teatrales, pues Flamand les lleva a una zona difícil de éxtasis y tensión.

Entre otras piezas de interés, se ha visto a los ingleses de origen indio de la compañía Imlata Dance, con coreografía de Jayachandran Palazhy y diseños digitales de Christian Ziegler. La obra, Trans avatar, se desarrolla entre dos telones transparentes que son pantallas de vídeo consiguiendo momentos de sensación virtual. Más radical ha sido el parisiense Alain Buffard con Dispositifs 3.1 al exponer con crudeza asuntos del sexo, la vejez, las máscaras y la alineación contemporánea sobre un fondo machacón y tenebroso de Patti Smith.

El francés Christian Rizzo presentó ayer, en el céntrico Muffathalle, L'association fragile, una polémica pieza llena de elementos del rock duro (nueve guitarras eléctricas al unísono), el pospunki y otros movimientos de gran calado.