Cae un símbolo del 'España va bien'
La crisis de Opening ha enterrado una época en la que estudiar inglés en un centro multimedia llegó a ser una de las divisas del España va bien. Las colas de estudiantes ante los centros de idiomas cerrados de Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza o Sevilla son una rutina de este otoño. A las puertas de las academias, miles de jóvenes airados y centenares de docentes nativos se mezclan, estos días, con representantes de las organizaciones de consumidores, con pasantes de bufetes civilistas en busca de clientes y hasta con cazadores de material levantisco.
La caída de los multimedia -un sistema basado en ofrecer mitad clases presenciales y mitad informática- se debe también al ascenso de una segunda ola, basada exclusivamente en los cursos a distancia de alta calidad. Y también al mantenimiento de los sistemas más clásicos del sector representado por la Federación de Escuelas de Idiomas (FECEI), que engloba 3.000 centros que mantienen en alza la actividad regulada.
Wall Street abrió la zanja a mediados de los noventa y Opening le siguió palmo a palmo. La primera forma parte del grupo estadounidense Sylvan, mientras que la segunda se encontraba en la órbita de CEAC, líder español de enseñanza a distancia. Obligado a pagar el crecimiento desorbitado de su filial, CEAC se vino abajo. Uno de sus propietarios, el fallecido Juan Antonio Martí Castro, financió a una fundación vinculada a Unió Democràtica de Catalunya (UDC), el partido de Duran Lleida.
Opening arrastró a su matriz. Pero antes el Grupo Planeta se quedó con las filiales de buen ver, Home English y Editorial CEAC. Planeta pagó 24 millones de euros por la compra y se quedó, además, con una parte de la deuda, por un importe de 34 millones más.
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