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Sólo el 15% de los trabajadores de Lear ha encontrado empleo

La plantilla recuerda que la Generalitat y la empresa prometieron recolocaciones inmediatas

El jueves de la semana pasada fue un día gris y triste en Cervera. La niebla fue el telón de fondo del cierre definitivo de la planta de Lear en esta localidad que ha dejado sin empleo a 1.280 trabajadores, 928 fijos, y de los que sólo el 15% se ha recolocado desde que la multinacional norteamericana notificó los primeros despidos con la promesa de encontrarles un nuevo trabajo en seis meses como máximo desde el momento de su despido.

'Nada es tan bonito como lo pintaban. O te buscas la vida o te hundes en la miseria'

A punto de vencer ese plazo, la mayor parte de los ex trabajadores de Lear -el 80% son mujeres- ha visto que muchas veces las promesas no tienen nada que ver con la realidad. 'La Administración y la empresa nos dijeron que estuviéramos tranquilos, que enseguida tendríamos otro empleo. Ya ves cómo estamos', lamenta Vanessa Caixàs, condenada al paro de momento.

Vanessa, de 22 años y vecina de Balaguer, fue de las primeras despedidas. El jueves de la semana pasada salieron los últimos 17 trabajadores. A sus espaldas, las puertas de la fábrica echaron el cerrojo. El cierre, que se ha anticipado dos meses a las previsiones, ha engrosado la lista del paro de esta zona, una de las industrialmente más frágiles de Cataluña. El pasado 8 de febrero, el anuncio de cierre cayó como un jarro de agua fría. Alegando pérdidas de 3,5 millones de euros desde el año 2000, Lear, dedicada a la fabricación de componentes de automóviles, decidió trasladar la producción a Polonia, donde la mano de obra resulta más barata.

Las tensas y largas negociaciones entre la empresa y los sindicatos terminaron con un acuerdo a finales de mayo, que estableció indemnizaciones de 60 días por año trabajado, así como la contratación de una firma especializada en recolocaciones. La mayoría de empleados de Lear no confió entonces en las expectativas manifestadas por la multinacional y la Generalitat, que rebosaban optimismo. El ex consejero de Industria Antoni Subirà prometió recolocaciones inmediatas -llegó a decir que la plantilla se recolocaría en un mes - y la llegada de nuevas industrias.

Pero lo cierto es que, casi seis meses después, sólo unos 140 ex trabajadores de la multinacional han encontrado trabajo en compañías agroalimentarias, metalúrgicas y distribuidoras de la zona, según la presidenta del comité de empresa de Lear y actualmente secretaria de organización de la UGT en Lleida, Rosa Palau. La mitad de ellos han encontrado un empleo por su propia cuenta; la otra mitad, a través de la empresa de recolocación Lee Hecht Harrison, filial del grupo Adecco, que Lear contrató y a la que se han inscrito unos 600 trabajadores, según Palau. Lee Hecht Harrison no pudo confirmar estos datos, a instancias de Lear, que declina pronunciarse al respecto.

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Vanessa se apuntó a esta empresa en cuanto fue despedida. En este lapso de tiempo ha recibido cinco ofertas de trabajo. Ha enviado los currículos, pero no ha conseguido concertar ninguna entrevista. La misma suerte ha corrido su hermana Ruth, quien, como ella, había trabajado casi cinco años en la planta de Lear.

Por su propia cuenta, Vanessa tampoco ha tenido suerte. Es consciente de la dificultad que supone encontrar en esta zona un empleo de calidad y que se adapte a los perfiles personales, por lo que algunos de los despedidos han rechazado determinadas ofertas, sobre todo si implicaban grandes desplazamientos. '¿Qué hago si me ofrecen un trabajo en Mollerussa, situada a unos 30 kilómetros de Balaguer, y tengo que cargar con los gastos de cuatro desplazamientos al día por 600 euros al mes?', se pregunta. Lear tenía autobuses para los traslados de la plantilla.

Tampoco lo ve fácil Andrés Ramos, cuya familia, con seis víctimas de Lear, es el paradigma de la situación en la que se encuentra la mayoría de ex trabajadores de esta planta. 'Estamos aprendiendo en qué consiste la política del bla, bla, bla... Nada es tan bonito como lo pintaban. Si no te buscas la vida por tu cuenta, te puedes hundir en la miseria porque de lo que nos prometieron no se está cumpliendo ni la cuarta parte', dice Andrés, de 38 años y con dos hijos de 4 años y 10 meses.

Andrés, uno de los primeros despedidos, sólo estuvo cinco días en el paro, hasta que una empresa de fabricación de turrones de Agramunt le ofreció un 'contrato basura' de tres meses, a 20 kilómetros de su casa. Ahora trabaja en una distribuidora de alimentos de Tàrrega. 'Me gustaría estar toda la vida en la misma empresa, pero sin estudios tienes que adaptarte'.

Sus hermanas Paqui, Leo y Berta, de 42, 40 y 38 años; su esposa, Sonia, de 28, y su cuñado Pedro Molero, de 37, también ex trabajadores de Lear, han tenido una suerte diversa. Únicamente los dos hombres han encontrado trabajo. Pedro tiene un contrato de seis meses en una empresa de fabricación de plásticos de Gavà que se ha instalado en Anglesola. Las mujeres lo tienen más difícil. 'Sonia no conduce y no puede desplazarse', cuenta Andrés. 'Para ellas, que han trabajado toda su vida, esta situación es mucho más desesperante. Alguna no lo ha podido soportar y ha caído en una fuerte depresión'.

No es el caso de Vanessa que, aun así, asegura 'morirse de aburrimiento'. Durante cinco años, la fábrica le ha absorbido 10 horas diarias. Por eso no vacila: 'Lear era mi segunda casa'.

'¿Dónde están esas empresas?'

Andrés Ramos empieza a estar harto de las promesas y de las palabras. Las suyas destilan una gran dosis de escepticismo: 'Han pasado casi seis meses desde que se aprobó el expediente de regulación de empleo y aquí no se ha visto ninguna de las empresas que decían que vendrían a crear más de 1.000 puestos de trabajo, ¿dónde están esas empresas?'.

El alcalde convergente de Cervera, Salvador Bordes, asegura que hay seis empresas que ya han empezado los trámites para instalarse en el polígono industrial de esta población, pero admite: 'Las cosas van más lentas de lo que querríamos'. Tres de estas firmas, aclara Bordes, son Electrolux -que ha mostrado su interés por comprar las naves de Lear por seis millones de euros y crear unos 300 puestos de trabajo, aunque no de inmediato-, Astral -que empleará a un centenar de personas en una fábrica de 8.000 metros cuadrados que tiene previsto construir- y Cementos Molins -que necesitará una plantilla de 100 trabajadores para una planta de prefabricados. Las otras tres firmas a las que ya se ha adjudicado la reserva de suelo, pero de las que Bordes no puede citar el nombre, son de pequeño y mediano tamaño y, en conjunto, ofrecerán unos 150 empleos. ¿Cuándo? No se sabe con certeza.

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