'Nos debemos preguntar qué pasaría si no llegan inmigrantes'

Andreu Domingo es subdirector del Centro de Estudios Demográficos de Cataluña. Con su intervención en el congreso de inmigración ha querido clarificar las paradójicas interpretaciones que se suelen hacer de los datos referidos a los extranjeros. Domingo sostiene que la convivencia inevitable con los inmigrantes reporta un beneficio mutuo. Es la teoría de la complementariedad.

Pregunta. La demografía se presta a manipulaciones.

Respuesta. Sí, la demografía se utiliza a veces como argumento para legitimar ciertas opiniones políticas. Lo primero que hay que decir es que las estadísticas no con fiables y cambian según las leyes de cada país. Nosotros trabajamos con datos muy aproximativos.

P. ¿Hay relación directa entre el fenómeno migratorio y la explosión demográfica en los países de origen?

R. Se suele pensar que sí hay una relación, pero lo cierto es que las inmigraciones no están acusadas por razones demográficas sino por el abismo económico entre el norte y el sur. Los inmigrantes no vienen para subir la tasa de fertilidad del país de acogida ni para solucionar los problemas de las pensiones.

P. Pero hay un beneficio mutuo.

R. Aquí entra la perspectiva de la complementariedad. En Occidente hemos logrado la igualdad de sexos, lo que ha bajado la natalidad y modificado la estructura familiar. El alargamiento de la esperanza de vida ha hecho que cada vez haya más gente que vivie en mejores condiciones más años. La inserción en el mundo laboral se produce más tarde porque se tiende a conseguir una mejor preparación. Así, los inmigrantes tienen que acceder a los puestos que todas estas consecuciones sociales han dejado libres. Hay más demanda de servicio doméstico. Por tanto si queremos conservar la igualdad de sexos o el estado de bienestar son necesarios los inmigrantes.

P. Sin embargo, esa complementación no es automática y sufre muchas trabas.

R. Un problema fundamental son las políticas restrictivas que impiden la integración y crean una estratificación etnográfica. El problema no es qué pasa si llegan inmigrantes sino qué pasa si no llegan. Nos angustiamos por la llegada de inmigrantes cuando en realidad los necesitamos. En Cataluña, por ejemplo, el 60% de la población actual es producto de la inmigración del siglo XX. Si no es por tal fenómeno Cataluña tendría tres millones de habitantes y no los veinte con que cuenta ahora.