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CRISIS DE GOBIERNO EN CATALUÑA

Pujol reforma su Gobierno para afianzar la candidatura de Mas

El presidente admite el carácter electoral del reajuste en el que sustituyó a cuatro consejeros

Dos años después de su nombramiento como conseller en cap, Artur Mas ha podido diseñar un Gobierno más afín a su proyecto. Su propósito es invertir los resultados desfavorables de las encuestas en este año que le queda para debutar como candidato de Convergència i Unió (CiU) en las elecciones autonómicas. El nuevo Ejecutivo, el séptimo en esta legislatura, reduce de 15 a 13 el número de departamentos. Agrupa Justicia e Interior, y Trabajo con Industria. Jordi Pujol no ocultó ayer el carácter electoral del reajuste al ligarlo al afianzamiento de Mas y al proceso de renovación de CiU.

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Primero la teoría y después la práctica. Dos semanas después de esbozar en una conferencia su proyecto político para Cataluña, Artur Mas ha pasado de las palabras a los hechos y ayer dio un nuevo paso para consolidarse como hombre fuerte del Gobierno autonómico y candidato a la presidencia de la Generalitat. Mas no tendrá su Ejecutivo ideal pero sí el que se acerca más a sus designios.

Tal y como adelantó el conseller en cap en su conferencia del 21 de octubre, el Gobierno girará en torno a tres ejes: economía productiva, seguridad ciudadana y la familia como generador de bienestar. De este modo se crea una consejería de Trabajo e Industria al frente de la cual se situará Antoni Fernández Teixidó, uno de los exponentes del sector moderado de Convergència (CDC). Fernández Teixidó, procedente del extinto Centro Democrático y Social de Adolfo Suárez, milita en CDC desde hace unos diez años.

La política de seguridad se dirigirá desde un mismo departamento, que agrupa Justicia e Interior, regentado por la democristiana Núria de Gispert, que ve así reforzado su poder dentro del Gobierno catalán. De Gispert, una de las personas de mayor confianza del líder democristiano Josep Antoni Duran Lleida, presidirá además la comisión delegada de Asuntos Institucionales y Sociales.

El departamento de Bienestar Social añade a su denominación el de Familia y mantiene consejero, Irene Rigau. El reajuste gubernamental también incluye el pase de Xavier Pomès de Interior a Sanidad y el nombramiento del democristiano Josep Maria Pelegrí como nuevo consejero de Gobernación y Relaciones Institucionales, cubriendo así la cuota de consejeros reservados para Unió, el otro socio de la federación.

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Del Gobierno salen los cuatro consejeros más censurados por la oposición: el de Trabajo, Lluís Franco; Industria, Antoni Subirà; Sanidad, Eduard Rius y Justicia, Josep Delfí Guàrdia.

Franco ha sido el centro de las críticas por su incapacidad de frenar la escalada de accidentes laborales. Subirá, familiar de Jordi Pujol y el más longevo de los consejeros pues ocupaba el cargo desde 1989, ha visto como una retahíla de empresas ha abandonado Cataluña para instalarse en países con menores costes laborales, como por ejemplo Seat. Durante el mandato de Rius se han mantenido las largas listas de espera hospitalarias. El año escaso de Josep Delfí Guardia se ha caracterizado por la continua fuga de presos.

El sector moderado de CDC ve reforzado su papel en el Gobierno. Además de la entrada de Fernández Teixidó, el consejero de Economía, Francesc Homs, asumirá también la presidencia de la comisión delegada de asuntos económicos. Con el propósito de equilibrar el poder de las distintas familias, Artur Mas ha designado al consejero de Obras Públicas, el soberanista Felip Puig, portavoz del Gobierno catalán.

Papel de 'telonero'

Jordi Pujol no pudo ocultar ayer que esta reestructuración gubernamental, la sexta en estos tres años de legislatura, tiene tintes preelectorales y que su objetivo es reforzar la figura de Mas. Por una parte, el presidente catalán enmarcó el reajuste del Ejecutivo en el proceso de renovación de CiU iniciado hace dos años con la creación de la federación. Y por otra, admitió que cada vez más su papel se limita al de 'telonero'.

Idéntica conclusión realizó el líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida -que junto a Pujol y Mas han dirigido los cambios- al afirmar: 'Todos estamos haciendo lo que es necesario para que el candidato pueda ser presidente. Es obvio que Artur Mas necesitaba un margen para que él pueda plantear las cosas de cara al futuro'. Tanto Pujol como Duran, reacios hace un mes a cualquier crisis de Gobierno, han aceptado ahora las pretensiones del conseller en cap.

Pujol calificó los cambios de 'antirutina' y 'proyecto de futuro' y desmintió que haya destituido a los consejeros más criticados. 'Aquí el más criticado soy yo y todavía no me sustituyen. De momento', respondió irónico. El sello personal de Mas no se notará tan solo en este nuevo Gobierno: ya ha solicitado su comparencia en el Parlamento catalán para explicar los reajustes. Pujol nunca lo ha hecho voluntariamente.

MARCEL.LÍ SÁENZ

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