Hacia una Europa social de los ciudadanos
La necesidad de afrontar la construcción europea en los aspectos sociales es una de las cuestiones que desde la izquierda hemos planteado como fundamental. La construcción europea no puede limitarse a una moneda única y al cumplimiento de una serie de objetivos para acceder a ésta. Para poder avanzar en la construcción de una Europa de l@s ciudanan@s hay que plantearse una equiparación y una convergencia en materia social.
El camino hacia la creación de un Espacio Europeo de Educación Superior es un camino que requiere no sólo de voluntad política; también de comprometer los recursos necesarios para equiparar nuestra educación superior a la de los países de la UE. La construcción de este Espacio Europeo de la Educación Superior debe estar basado en la tradición europea de la educación como un servicio público. Un servicio para toda la ciudadanía, que debe plantearse por objeto la formación permanente para que de este modo pueda desarrollarse la sociedad en su conjunto.
Para poder afrontar este proceso con ciertas garantías de éxito es fundamental que se den dos condiciones. Por un lado, debe existir una autonomía y una libertad en la gestión de las universidades que permita que cada una de ellas pueda elaborar sus propias estrategias. Con la aprobación de la LOU, hace menos de un año, se incide en la dirección contraria. Por otro lado, es condición necesaria una financiación adecuada que garantice una educación superior de calidad y que pueda cumplir con los objetivos que se fije.
Para profundizar en un Espacio Europeo de Educación Superior es fundamental abordar la movilidad, otro aspecto que esta muy ligado a la financiación. La movilidad de los profesores, pero sobre todo de los estudiantes, es uno de los objetivos más ambiciosos de la Declaración de Bolonia. Para que esta movilidad sea real, y para todos y todas, es imprescindible la existencia de programas de becas y ayudas a la movilidad que garanticen ésta a cualquier persona independientemente de su nivel de renta. En el caso de las becas para estudiantes no cumplen esta función, puesto que únicamente cubren un 10% o un 20% del coste de los estudios en una capital europea. Para poder garantizar que los estudiantes tengan movilidad y puedan realizar sus estudios en universidades de la Unión Europea es necesario un esfuerzo de financiación que incremente sustancialmente las ayudas directas a l@s estudiantes.
No voy a extenderme mucho en el tema de las becas puesto que fue objeto de análisis en el anterior artículo, y por desgracia asistimos a diario a nuevas informaciones sobre la política antisocial que en esta materia esta llevando el Ministerio de Pilar del Castillo.
Por último comentar otro aspecto que debe ser abordado a la hora de plantear este espacio europeo. La evaluación y acreditación en el ámbito europeo debe de coordinar los sistemas de evaluación de los distintos Estados por medio de una cooperación internacional. La necesidad de Agencias de Evaluación independientes y autónomas es un elemento a recordar, ya que con la LOU y las propuestas que algunas comunidades gobernadas por el PP están haciendo, lo que es evidente se convierte en la principal reivindicación. Las Agencias de Calidad no pueden ser órganos controlados por la administración, ni el apéndice de ninguna Consejería.
Es fundamental profundizar en este tema y ser capaces de aportar propuestas socialmente justas a los retos que nos plantea la construcción europea. Porque si algo esta claro es que este proceso de construcción triunfará o fracasará en función de la capacidad que tenga de hacer frente a los distintos retos que en materia social plantea la ciudadanía europea.
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