El espacio europeo del conocimiento

En una sociedad europea cada día más consciente de su propia identidad y orientada de modo imparable hacia procesos de integración de mayor profundidad, somos testigos de la creciente importancia de la cooperación europea en el ámbito de la educación. El objetivo que deben marcarse los países de la Unión Europea, es potenciar la movilidad de alumnos y profesores y avanzar hacia la homologación de los títulos, tanto universitarios como no universitarios.

Ya se están dando los primeros pasos al respecto con la creación del espacio europeo del conocimiento, que incluirá las actuaciones relativas a la educación, la formación profesional, el aprendizaje a lo largo de la vida, la enseñanza superior y la investigación, etc. con el objetivo de conseguir que la economía europea, basada en el conocimiento, se convierta en la más competitiva del mundo en esta década, según lo acordado en el Consejo Europeo de Lisboa de 2000. Y el Consejo Europeo de Barcelona de 2002 ha convertido a la educación en uno de los aspectos básicos de la construcción de la UE, incidiendo principalmente en la Educación Superior.

La Educación Superior juega un papel primordial en el desarrollo de las personas y de las sociedades modernas puesto que promueve el desarrollo económico, cultural y social así como los valores éticos y de ciudadanía activa. La movilidad de los estudiantes y profesores, el reconocimiento de los estudios y la formación realizada en el extranjero, la calidad de los mismos, el diseño de planes de estudios conjuntos, la creación de redes temáticas europeas, etc., además, ayudan a potenciar la dimensión europea de la educación. Es obligado que resaltemos la Declaración de Bolonia de 1999, la cual sentó las bases para la construcción de un "Espacio Europeo de Enseñanza Superior" organizado conforme a los principios de calidad, movilidad, diversidad y competitividad, y orientado hacia el incremento del empleo en la Unión Europea y a la conversión del sistema europeo de formación superior en un polo de atracción para estudiantes y profesores de otras partes del mundo. Y es importante resaltarlo por la dimensión supracomunitaria que tuvo esta declaración que fue suscrita, no sólo por los países miembros de la Unión Europea, sino también por países del espacio Europeo de Libre Comercio y países del este y centro de Europa.

Desde el punto de vista de Nuevas Generaciones del PP, es de vital importancia para el éxito de esta incitativa las siguientes medidas:

· La puesta en común de las reformas legislativas relativas al Espacio Europeo de Enseñanza Superior.

· La creación de un programa de Doctorado de Calidad (en el que ya está trabajando el Grupo Popular Europeo), comenzando por la implantación de programas como "From Prague to Berlin" de la Comisión Europea, y el "Proyecto Tuning", promovido por las Universidades de Deusto y Groningen.

· Continuar con la importante labor de programas comunitarios como el Sócrates, Leonardo da Vinci, Youth y Tempus como una contribución a afianzar nuestra identidad europea.

· Y por supuesto iniciativas como el e-learning. El primero y más urgente de estos objetivos es explotar cuanto antes las oportunidades que ofrece la nueva economía, especialmente Internet. La iniciativa e-learning tiene por objeto movilizar a las comunidades educativas y culturales y a los agentes económicos y sociales para acelerar la evolución de los sistemas de educación y de formación así como la transición de Europa hacia la sociedad del conocimiento.

Directivas como la 89/48/CEE o la 92/51/CEE han contribuido enormemente a la superación de estos obstáculos, aunque de una manera más teórica que práctica. Ahora debemos dar el siguiente paso: los contenidos. Es necesario, dentro de las peculiaridades de cada Estado miembro, el tender a una estandarización en los contenidos para lograr una movilidad efectiva.

Para alcanzar los objetivos de Lisboa (más y mejor empleo y una mayor cohesión social), es fundamental un capital humano capacitado y adaptado; y esto requiere unos mercados de trabajo europeos más abiertos y accesibles. Pero para lograrlo, nos encontramos con 3 problemas: una movilidad profesional deficiente, bajos niveles de movilidad geográfica y, en tercer lugar, un descenso en la mano de obra comunitaria.

En la solución de estos problemas, debemos buscar políticas enfocadas a garantizar el libre acceso a la adquisición de capacidades, sobre todo en materias de las TIC(Tecnologías de la Información y la Comunicación).

Aunque no lo he mencionado hasta ahora, en todas estas medidas, debería tenerse en cuenta a los futuros miembros de la UE, para garantizar el equilibrio en los actuales, al mismo tiempo que se ofrece igualdad de oportunidades a aquellos países que pronto formarán parte de la familia comunitaria.

Es necesario además, plantearse la supresión de obstáculos administrativos y jurídicos que todavía subsisten entre los diferentes Estados en lo relativo a aspectos sociales y fiscales; coordinar los regímenes de seguridad social, conseguir que los derechos de pensión entre los trabajadores emigrantes sean transferibles o apostar, por parte de los sistemas educativos, por los idiomas como vehículo básico de movilidad e igualdad de oportunidades.