Los sonidos negros de ESG, So Solid Crew y Tony Allen clausuran el festival Periferias
La convocatoria de Huesca se salda con éxito artístico y un aumento de público
Con un nutrido aumento de público con respecto a anteriores ediciones, éxito artístico y primicias tales como el estreno en España de So Solid Crew y la primera actuación en Europa de las norteamericanas ESG concluyó en Huesca la tercera edición de Periferias, un festival definitivamente innovador. Con el concurso del grupo del batería Tony Allen y la banda de música de Huesca homenajeando a Fela Kuti, Periferias redondeó una programación inspirada por la curiosidad y el deseo de que los festivales con intención no sean sólo patrimonio de las grandes ciudades.
La noche del sábado, última de programación de Periferias por este año, Tony Allen se encargó de poner el afro-beat en oídos de todos los que se acercaron al antiguo frontón Jai Alai. El que fuera músico del gran Fela Kuti ofreció un concierto entretenido que sólo tuvo en contra las excesivas gracias de su recitador, empecinado en hacer cantar a la audiencia entera. Antes, la banda de Huesca versionó temas de Kuti demostrando que no hay repertorios imposibles, sino falta de osadía. La banda de Huesca la tuvo.
Tanta como la propia organización del festival, que permitió el estreno en España de ESG, una banda formada por tres hermanas del Bronx allá por finales de los setenta. Ahora, acompañadas por dos de sus hijas, han reaparecido con un nuevo disco que fue el que en primicia europea presentaron en Huesca. Lo suyo fue un concierto de soul y funk esqueléticos con sonidos y frases reducidas a breves apuntes que por adición generaban groove y pulsión bailable. En su caso menos fue más en una lección en la que ni sobró ni faltó nota alguna.
Osado fue también programar a So Solid Crew un colectivo que en su Inglaterra natal cuenta sus actuaciones con desórdenes públicos. Como es lógico este peligro no se vio en Huesca, donde fuera de su contexto social lo de So Solid fue un concierto de two-step servido por un disc-jockey y tres recitadores. Con bases más carnosas y melódicas que las propias de un grupo de hip-hop y a base de pellizcos de house, soul y funk los cuatro So Solid que se plantaron en Huesca permitieron que el público se acercase a una de las músicas urbanas con más predicamento en la Inglaterra actual. Fue una ocasión única que demostró lo atento que está Periferias al devenir de la música actual.En la víspera, el festival destinó su programación nocturna a artistas como Meira Asher, Amina o Fangoria, representantes también de ese exilio al que ha evocado Periferias este año y que en el caso de la mujer se viste de exilio laboral, emotivo, social o incluso sexual.
La noche tuvo el final que se podía anticipar, ya que Fangoria acabó por imponer su estilo y presencia a un público que acudió a la carpa ubicada en la plaza de toros. Antes, eso sí, un personal dado a la charla vio como Meira Asher, apostaba por el ruido y la imperfección en un concierto de orientación transgresora. La israelí desplegó un sinfín de sonidos incómodos que se apoyaron en proyecciones visuales nada complacientes. Lo de Amina fue más convencional. Su música, una hibridación de estilos con base en los sonidos norteafricanos deparó al público momentos de mayor complicidad.
Finalmente, la infalible Olvido Gara junto a un Nacho Canut que parecía ataviado como si viniese de un enlace matrimonial de la cercana iglesia de San Pedro el Viejo, se encargaron de poner el broche de oro a la noche. En el fondo el vestuario de Nacho dio pistas sobre el ofrecimiento musical de Fangoria: sonidos clásicos de pop melódico, festoneado con estribillos de innegable gancho y revestido con ritmos digitales de obediencia electrónica.
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