La voz de Paco Ibáñez vuelve a la poesía de José Agustín Goytisolo

El cantautor valenciano de origen vasco Paco Ibáñez acude hoy al Festival de Otoño (teatro Albéniz, 20.00) para presentar su nuevo disco, dedicado por entero a los poemas de José Agustín Goytisolo, fallecido hace tres años. Piezas como El lobito bueno, Palabras para Julia o Me lo decía mi abuelito, que ya cantó en los sesenta y los setenta, aparecen ahora atemperadas por la edad y la mesura, pero no esconden el inconformismo del que siempre ha hecho gala.

'Creo que a José Agustín le hubieran gustado como me han quedado ahora', dice el cantante. '¿Para qué escribir yo, si hay poetas enormes en lengua castellana?', reconoce Ibáñez para justificar una larga carrera musical sin un solo texto de su autoría. 'Igual me sale cuando lleve 60 o 70 años de carrera, como a las pitas, que echan la flor a los 40 años. Qué más quisiera yo que ver un día eso de 'letra y música: Paco Ibáñez', pero no me sale, para eso escojo los grandes poemas, la quintaesencia de la poesía española. Estoy jodido en ese asunto porque ante esos gigantes no me atrevo a escribir ni una línea'.

Con mucha más edad de la que aparenta (nadie diría que le quedan dos años para los setenta), Paco Ibáñez aún se comporta como un joven airado cuando los temas de que se habla le tocan la fibra. 'Soy un rojo', confiesa, 'y lo seré siempre porque lo de rojo representa los más altos valores del ser humano'. Echa pestes de la situación actual, 'bochorno', al que se ha llegado por culpa de los 'años que se tiraron las ilusiones de todo un pueblo'. 'Desde mediados de los setenta hasta comienzos de los ochenta había un paisaje político y cultural compartido por una gran mayoría que quería cambiar las cosas; es decir, sacarnos de encima esa nube negra de la dictadura que no nos dejaba pensar ni casi respirar, y que todavía no se ha juzgado, aunque parece que otra vez la gente se está dado cuenta cómo era el señorito '.

Siendo su papel capital como cantautor comprometido en la transición, no cree que haya estado olvidado en todos estos años. 'A Paco Ibáñez quisieron borrarlo, pero he seguido haciendo mi trabajo, son los demás los que se alejaron', afirma. 'De repente llegó la época de la frivolidad, los socialistas: los señoritos que captaron esas energías para hacerse con el poder y luego no supieron, no quisieron o no fueron capaces de hacer nada. Sólo abrir las puertas a todo lo frívolo en el paisaje musical y cultural, solo dirigido al culo y a las tetas. La cultura desapareció, y sólo interesaba el consumo, lo vendible. Ahí está el inicio de todo esto que lleva a Operación Triunfo y fenómenos parecidos, que representa el gran fracaso de esta sociedad'.

'A nivel personal no me quejaría, porque he seguido trabajando; pero enciendo la televisión y me invade la tristeza. ¿De qué ha servido tanta ilusión?, ¿qué han hecho con ella?, ¿dónde están los sentimientos?', se pregunta.