Un penalti decide un partido insulso y mezquino

De penalti. No podía ser de otra forma. Osasuna y Recreativo ofrecieron ayer un espectáculo insulso y mezquino que tuvo que resolverse desde los once metros. Osasuna saltó al campo con ganas de agradar pero sus esfuerzos se acabaron en el minuto diez, cuando se contagió de la pobreza de ideas y falta de recursos de su rival. Desde ese momento, el partido transcurrió entre parones, faltas y errores de ambos conjuntos. Los onubenses, desarbolados en ataque y con muchas vías de agua en defensa, regalaron la posesión a Osasuna pero los navarros no sabían muy bien qué hacer con el esférico. Con un centro del campo casi desaparecido, la lucha continua de Iván Rosado no encontraba un fin claro.

En el descanso, la entrada de Moha por la izquierda revitalizó un poco a los rojillos, que dispusieron de claras ocasiones y a los que, incluso, les fue anulado un tanto a la salida de un córner por clara falta en ataque. El partido parecía abocado a un empate sin goles cuando Benítez, en una internada por la banda, forzó un penalti muy protestado y que levantó las iras del público. Cubillo transformó el lanzamiento y, sin tiempo para reaccionar, Osasuna se lanzó a un ataque desesperado, tratando de arreglar en los últimos cinco minutos el embrollo en el que se encontraba inmerso. Pero fue imposible. Tras dos partidos desastrosos, Osasuna se sumerge en la zona más peligrosa de la clasificación mientras que el Recre respira aliviado con su primera victoria que le acerca un poco al vagón de equipos que pelearán por evitar el descenso.