La 'escala i corda' cumple cien años
Una desigual partida conmemora en el trinquete de Pelayo el centenario de la modalidad de pelota valenciana
Una partida desigual conmemoró el discutido centenario del nacimiento de la modalidad de escala i corda de pelota valenciana en el trinquet de Pelayo de Valencia. Desigual fue la partida porque Sarasol II (hermano de Sarasol, el bueno) y Grau les dieron sopas con onda a Álvaro y Genovés II (hijo de Genovés, el mítico, el grande). Y discutido es el centenario porque hay voces que ponen en entredicho que la primera partida de escala i corda se jugara en 1902.
Y las voces, o voz, que aportan confusión, sin intención de herir ni provocar polémica, no son cualquier cosa. O sea, que conviene escuchar. Recaredo Agulló, filólogo, atleta, hombre culto y polifacético, autor de una tesis sobre la formación del léxico deportivo, entre otros trabajos y estudios sin desperdicio por su interés, posee documentación que echa por tierra la teoría de que fuera Nel de Murla quien pusiera la cuerda en el trinquete de Pelayo. Según Agulló, a escala i corda ya se jugó entre 1893 y 1902. Lejos de herir sensibilidades, Agulló pretende aportar luz.
Pero el caso es que ayer se celebró y que la luz no brilló en Pelayo. Porque el enfrentamiento entre cuatro de los mejores pelotaris valencianos careció de interés: Sarasol II y Grau derrotaron sin contemplaciones en una singular partida -singular por las reglas- a Álvaro y Genovés II (60-25).
El invento salió rana. Dos restos contra dos mitgers. Al dau siempre uno, siempre Sarasol II, que estuvo listo, quizá más listo de lo que algunos pensaban, y abrió con esta ventaja una brecha monumental. Para colmo, Sarasol II jugaba con Grau, que sí es mitger, y de los buenos. De los muy buenos. Y al pobre Genovés lo machacaron. No porque el hijo del legendario Genovés sea malo; ¡qué va!, si es un fenómeno, un pelotari de aúpa, sino porque José, el hijo de Genovés, es resto, y ayer jugó de mitger, fuera de su sitio.
Vaya lío, el lío que montaron los organizadores, los hermanos Tuzón, a los que, por simplificarlo con tecnología punta, se les fue la olla con las reglas. Total, 60-25. Vaya paliza. Y eso que allí estaba (casualmente de espectador) Francisco Camps, el candidato popular a la presidencia de la Generalitat, que está considerado un verdadero talismán de la buena suerte en algunos recintos como el estadio del Levante UD.
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