Tres libros rememoran anécdotas, historias y personajes de la Expo
El título tiene doble sentido. Por un lado, se quiere decir que 'siempre hay sitio para ver las cosas. Si no se puede ir al pabellón de Canadá, a lo mejor hay hueco en el de Sri Lanka'. Por otro, es una autocrítica de la profesión periodística, que entra al trapo político y suele quedarse en la forma. 'Pero en el fondo, hay sitio', plantea con ironía el periodista Francisco Correal, autor del libro Al fondo hay sitio (Diez historias y media de la Expo), una de las tres obras que ha publicado Rd Editores con motivo del 10º aniversario de la Expo.
Las 10 historias de Correal son sendos retratos de personas a las que la Expo les cambió algo en sus vidas: o bien les 'regaló una ciudad, un amor, un oficio o una experiencia'. Sus protagonistas no son muy conocidos, excepto, quizá, Carmen Bueno, directora de los pabellones temáticos, que hablaba con Jacinto Pellón (consejero delegado de la Expo) cuando vio arder el pabellón de los Descubrimientos. Correal les ha dado a los personajes forma de retrato, 'pintando a cada uno con pinceladas ajustadas a su persona'.
Por el libro desfilan Emilio González Ferrín, arabista, autor de un ensayo sobre el Corán (La palabra descendida) que ganó el Premio Jovellanos. Trabajaba como azafato en la tienda del pabellón de Arabia Saudí. 'Era uno de los pocos que sabían árabe. Lo primero que le pidió el dueño de la tienda fue una cabra (no se fiaba de los carniceros sevillanos) y un fax. Sigue vendiendo productos árabes, aunque ahora sea el Corán', bromea el autor. El caso de Sidi Samb, un músico senegalés que decidió quedarse a vivir en Sevilla y trabajó con Los Mártires del Compás, o el de una empleada de banca que acabó en Port Aventura como representante de acróbatas chinos después de trabajar con la cabalgata son algunos de los que recoge Correal.
Otro periodista, Juan Teba, ha realizado 10 entrevistas largas en Los padres de la Expo, donde se cuentan 'cosas que no se conocían, desde recelos entre pabellones a enfrentamientos con Pellón o los controles de seguridad en los trayectos presidenciales'. Ha entrevistado a dos alcaldes, el de entonces, Alejandro Rojas-Marcos, y el actual, Alfredo Sánchez Monteseirín; al presidente andaluz, Manuel Chaves; al consejero de Cultura en 1992, Juan Manuel Suárez Japón; al ex ministro Virgilio Zapatero; al comisario de la Expo, Emilio Cassinello; al arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra; al constructor Ginés Aparicio; a Ignacio Montaño (comisario del pabellón de Sevilla); y a José Luis Morales, jefe superior de Policía. El libro también menciona cuatro notables ausencias, que rechazaron conceder entrevistas. Son José María Aznar, Felipe González, Jacinto Pellón y Manuel Olivencia.
El tercer libro es Paisaje y urbanismo en la Expo 92, de Francisco García Novo y Claudia Zavaleta.
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