El hilo perdido de la fugaz cometa de la vida

'Cuando se viven muchos años lentos, / el que al final se muere es un niño / que recuerda los cromos infantiles / con los héroes del fútbol más antiguos. / De la fugaz cometa de la vida / que acaba siempre por perder el hilo. / Cuando se viven muchos lentos años / lo que se muere al final es un olvido'. Este poema sin título de Manuel Alcántara es uno de los dos inéditos que cierran la antología que ha publicado sobre su obra la Universidad de Málaga.

Es un poema que resume esa meditación sobre la vida, la muerte y Dios que obsesiona al autor. Otro de sus poemas dice: 'No digo que sí o que no. / Digo que si Dios existe / no tiene perdón de Dios. // No digo que no o que sí. / Digo que me gustaría / que Él también creyera en mí. // Yo no le guardo rencor. / Si lo encuentro alguna vez / nos perdonamos los dos'.

Y es que Manuel Alcántara (Málaga, 1928) no es sólo un gran periodista cuyas columnas son leídas vorazmente a diario por miles de personas. Las columnas de Alcántara son para muchos tan adictivas como el café de media mañana.

El periodista y escritor malagueño publicó su primer libro de poemas, Manera de silencio, en 1955. Luego vinieron El embarcadero, Plaza Mayor (accésit del Premio Nacional de Literatura) y Ciudad de entonces (Premio Nacional de Literatura en 1962). Tras conseguir uno de los galardones con los que sueña todo poeta, Alcántara se enfrascó en la labor periodística. No volvió a sacar a la luz un nuevo libro de poemas hasta 1983. Con Anochecer privado regresó a su vocación originaria.

Alcántara puede adscribirse por edad al grupo poético de los años 50. La suya es una poesía con una musicalidad y un ritmo que denotan la precisión y el conocimiento del que sabe manejar las palabras. El paso del tiempo y la indiferencia de Dios dejan lugar en sus poemas a un melancólico gozo de vivir.