Primeros silbidos para Ronaldo en el estadio Bernabéu

Pitos, bastantes pitos. Pitos, desde luego, al árbitro. Pitos, por descontado, para los jugadores del Villarreal. Pero también pitos de impaciencia para Salgado por no entenderse con McManaman, para Cambiasso por mandar el balón al contrario, para la defensa por casi provocar un tanto en propia puerta y para el Madrid, en general, por no dar más de tres pases seguidos hasta el final del segundo tiempo.

El Bernabéu no terminó de mostrar su rostro más hosco, pero incluso se escucharon algunos pitos cuando Ronaldo dejó su sitio en el campo a Morientes. Iban dirigidos al astro brasileño. Eso sí, su cara más amable fue una vez más para Raúl, el deseado, que recibió un aplauso prolongado.

También hubo bronca en el terreno. Una patada de Ballesteros a Zidane provocó la airada reacción del francés, que, apretando los dientes, lanzó el brazo con violencia contra el defensor del equipo castellonense cuando éste se acercó a disculparse.

Al final, el único pito que se oyó fue el del árbitro. Eso sí, seis minutos después del tiempo reglamentario, lo que causó un gran enfado en Benito Floro, el técnico del Villarreal.

El público premió con un silencio ambiguo los minutos de insistente acoso de los blancos. Un arreón, el del Madrid, que Floro reconoció que había puesto 'muy difíciles las cosas' a su equipo.

Floro, serio, sin dejar traslucir su alegría por el resultado, no quiso cargar las tintas contra su rival y consideró que el empate se debió más al 'buen hacer' del equipo valenciano que al desacierto del madrileño. Para él, la clave fue la parada de su portero, Reina, en el último minuto a un lanzamiento de Roberto Carlos y una intervención anterior de Casillas, que salvó un gol cantado.

El preparador del Madrid, Vicente del Bosque, quiso reivindicar la acción de su equipo, muy criticada tras los últimos resultados. Así, resaltó el entusiasmo de la plantilla y aseguró que sus jugadores 'están obsesionados por ganar y sudar la camiseta como se merece'.