Una sopa menos boba
Magüi Mira, actriz de mucho temperamento, dirige este clásico de Lope de Vega y dice que el autor 'se carcajearía' al comprobar que su obra sigue vigente. Es posible que lo hiciera, aunque no exactamente por las razones que apunta la actriz, para quien Lope 'era un líder de audiencia'. Se ve que la nueva directora no olvida así como así su experiencia televisiva. En realidad, Lope requiere de muy poquitos esfuerzos de actualización para que funcione, ya que funciona como siempre han funcionado las comedias de enredo, antes y después de Lope, incluso antes y después de Magüi Mira.
No se sabe bien a qué responde este montaje, siendo tan reciente la última película de Pilar Miró sobre los poderes premonitorios del sexo y su negación por una chica caprichosa que ni come ni deja comer. Es perfecto que Clara Sanchis, hija de la directora, asegure que 'interpreta a un personaje vivo, tan complejo como uno de hoy en día', circunstancia que no la lleva a decir el verso -asunto siempre difícil- de la manera más afortunada, ya que hay que tener cuidado con las caídas de dicción al concluir la línea. En ese sentido, es más modesto, y más eficaz, un Antonio Garrido que hace de ambicioso enamorado de coronas fingidas para terminar apreciando a la persona que la lleva.
El perro del hortelano
De Lope de Vega, en versión de Emilio Hernández. Intérpretes, Clara Sanchis, Antonio Garrido, Marilyn Torres, Doménech de Guzmán, Gema Garcillán, Jordi Brunet, Isabel Frías, Balbino Lacosta. Dirección, Magüi Mira. Principal. Valencia.
El verso siempre es complicado, y Emilio Hernández hace una versión comprimida, modesta y muy de actualidad mediante alusiones a circunstancias migratorias la mar de contemporáneas. Y latinas. Viva el mestizaje. El jolgorio compositivo de Lope, de su juego verbal, no pueden resolverse con el recurso a una modernidad que hace del texto una lectura del tipo de qué hubiera pasado si Lope no se hubiera visto forzado a escribir como lo hizo. Habría pasado lo peor, aunque cinco siglos después no tendríamos que asistir a esta moderna puesta en escena. No hay juegos con el amor teatral.
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