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La caída de las ventas de motos ha destruido un 20% del empleo

Los fabricantes venden casi un 50% menos que hace tres años

Los empleados de Yamaha en Palau de Plegamans i Solità (Barcelona) saben bien que la industria de las dos ruedas pierde gas. La suspensión temporal de empleo que hasta diciembre afecta a 200 de los 350 trabajadores de Palau es la última muestra de la crisis provocada por el desastre de las ventas de ciclomotores, que han caído casi un 50% en tres años. Según un informe de CC OO, el sector ha perdido uno de cada cinco empleos desde 1994.

Que la japonesa Suzuki reenfoque su negocio español hacia la fabricación de motocicletas de alta cilindrada y quiera reducir a un 30%, ya en 2003, su producción tradicional de ciclomotores es el contraataque a toda una crisis. No en vano el empleo aguanta o incluso crece en empresas menos salpicadas por el negocio del ciclomotor como Rieju o Montesa-Honda, que batalla por cubrir la demanda europea de motos de gran cilindrada para Japón.

Los años noventa, cuando España sacaba ventaja a Francia y Alemania en el mercado europeo de motos, son historia. Hoy ocupa un sexto lugar, y el tercer puesto, tras Italia y Francia, en ciclomotores. Si el giro ha calado en el empleo fijo (el sector ocupa a 2.000 personas de forma directa y a más de 20.000 si se incluye a concesionarios, talleres y vendedores de componentes), ha caído como una bomba sobre el temporal. La tasa de temporalidad en la contratación del 45% se ha desinflado hasta un 8% en menos de tres años.

Suzuki, que no es de las compañías peor paradas en materia de empleo, recortó los contratos temporales de 150 a 40 cuando el año pasado vio caer su producción un 11%. Yamaha ha perdido un 20% de los 561 puestos de trabajo que tenía en España. Los temporales han caído de 200 a 7, y eso al margen del ERE temporal citado.

Cierre de Arganda del Rey

La plantilla de la italiana Piaggio está irreconocible comparada con la de una década atrás (700 empleos). La empresa, que cerrará su nueva planta en Arganda del Rey (103 afectados), ya había empezado el año con una suspensión temporal de empleo de 150 días para el 73% de la plantilla de 144 personas. Por ahora, no está decidido un traslado de la producción de Arganda del Rey a la fábrica de la catalana Derbi, rescatada por Piaggio en 2000, cuando arrastraba 12 millones de euros de pérdidas.

Derbi, que hace ocho años había rozado los 580 empleos, está en 320. Tras el expediente de rescisión de contratos de principios de 2001, 64 personas se prejubilaron. Para 2002 se pactó un ERE de 60 días para 180 trabajadores.

'Estamos en un auténtico punto de inflexión', opina Pere Colell, de la Federación del Metal de CC OO Cataluña, comunidad que concentra más de dos tercios de la producción. 'El empleo temporal es el que más se ha resentido, pero ahora puede venir lo peor', añade Colell.

El documento que los delegados de CC OO en todas las empresas del sector presentarán y debatirán mañana en Arganda del Rey advierte de que, 'sin medidas industriales, puede suponer una importante crisis industrial y de empleo para nuestro país', explica Máximo Blanco, secretario de Automoción del sindicato. La foto del estudio es la de una industria castigada que en 2001 ingresó 380 millones de euros, un 3,3% más que en 2000. Pero el 83% de la producción en España se especializa en pequeñas cilindradas.

Y la crisis se ceba precisamente en los ciclomotores. Si la facturación media de éstos en los últimos seis años fue de 246 millones de euros, por encima de los 114 millones correspondientes a las motocicletas, hace cuatro años giró la tortilla. La caída de ingresos por ciclomotores acumula un 47% desde 1998. Los generados por las motocicletas crecieron un 26% en 2000 y un 33% en 2001.

'Estamos en los niveles de ventas de 1968', lamenta José Franqueira, secretario general de la patronal Anesdor (se refiere a los ciclomotores). La patronal apunta que en tres años ha ingresado 270 millones de euros menos por la crisis. Las 335.726 unidades vendidas en 1999 contrastan con las poco más de 100.000 previstas para 2002.

El pesimismo campa a sus anchas tras el desencuentro protagonizado con las aseguradoras, a las que el sector culpa de la crisis debido al encarecimiento espectacular de las pólizas de los seguros, y que las aseguradoras explican por el aumento de la siniestralidad. El esfuerzo por buscar soluciones juntos se ha encallado. Y una de las medidas reclamadas, un plan Prever para ciclomotores, no ha encontrado 'suficiente sensibilidad' por parte del Gobierno, según ha confesado el presidente de Yamaha España, Jorge Lasheras.

Los fabricantes han recurrido al Parlamento, buscando la complicidad del PP y CiU, con sendas proposiciones no de ley que reclaman medidas que den oxígeno a un sector que se asfixia.

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