'Me aburro muchísimo con esta vida'
Pregunta. ¿Cuál es su enchufe para que el Rey le prologue las Memorias?
Respuesta. Cuando terminé mi mandato como presidente del COI, el Rey me escribió una felicitación, que luego me permitió reproducir. No hay que olvidar que el Rey ha sido olímpico.
P. Le ha hecho marqués de Samaranch. ¿Para qué sirve eso?
R. Hombre, es muy importante; es un gran honor.
P.. Le llamaron El Señor de los Anillos. ¿En qué se parecen?
R. En nada. Y no he visto la película. Voy poco al cine, y sólo a ver las películas que me aconseja mi hija.
P. ¿Cuál es el personaje que más le ha impresionado de los que ha conocido?
R. Indira Gandhi.
P. ¿Se ha pegado a mucho VIP para salir en la foto?
R. Mi cargo era ya importante en sí y no necesitaba pegarme a nadie.
P. Pero tendrá una foto favorita.
R. Es una en Sarajevo, en la que estoy bajando de un blindado, en plena guerra. Lo visitaba diez años después del Sarajevo olímpico.
P. Ha vivido estupendamente en el franquismo y en la democracia, y siempre con cargos. ¿Cuál es la receta?
R. No hay una receta. Es una continuidad en una misma idea. Con esos cargos he estado al servicio del deporte.
P. En Moscú fue elegido presidente del COI en la sala donde se velaron los cadáveres de Lenin, Stalin, Breznev. Mucha momia, ¿no?
R. No. Era una sala preciosa. La Sala de las Columnas es una sala muy importante, una de las más bonitas de Moscú.
P. Los anglosajones le criticaron mucho. ¿Una vez más, la Pérfida Albión?
R. Ellos han perdido mucha fuerza, después de haber sido los inventores del deporte moderno. Y al ver que las cosas no salían mal, a alguno no le gustó.
P. Dicen que le sigue gustando mucho enredar en política. ¿Cómo ve a Pujol?
R. Ha sido un hombre que era necesario para Cataluña y para España. Lo conozco, lo aprecio y lo admiro. Un hombre de una cultura extraordinaria.
P. ¿Y Maragall?
R. Es mi gran compañero de la gran aventura olímpica de Barcelona. Porque aunque mi pacto fue con Serra, él fue el que lo ejecutó. Se ve el éxito aún hoy.
P. ¿Es usted fan de Aznar?
R. Ha sido una sorpresa para todo el mundo. Ha cambiado realmente el país y económicamente ha dado un empujón a España extraordinario.
P. Es jugador de dominó. ¿Si se le cae una ficha se le viene abajo todo el tinglado?
R. Yo he procurado que, en mi vida, si se cae una ficha no pueda tocar la segunda.
P. Dado que el 7, según dice, ha sido su número de la suerte, ¿confía en vender al menos siete ejemplares de sus memorias?
R. He sido el séptimo presidente del COI, el séptimo presidente de la Caixa... Voy a regalar muchos más que siete. De vender, ya no lo sé. Tenga en cuenta que no soy escritor.
P. ¿Es cierto que pudo contribuir a la perdición del ministro López Rodó llevándole a La casita blanca, el meublé más famoso de Barcelona?
R. Con López Rodó yo tenía un trato muy relativo, aunque considero que tiene un lugar importante en la historia de nuestro país de los últimos años. Yo nunca he sido de copas, y López Rodó lo era mucho menos.
P. ¿Sigue siendo usted tan de derechas y tan franquista como siempre?
R. Sigo siendo como he sido toda la vida. Franco tiene cosas desfavorables, quizá, pero también tres cosas positivas: escogió su sucesor, creó una clase media y evitó que España entrara en la Segunda Guerra Mundial.
P. ¿Se encuentra sexy?
R. No, porque, en fin, ya no tengo edad para pensar en esas cosas.
P. 'Las buenas memorias las tienes que escribir para que te las publiquen después de muerto'. ¿Dónde las tiene?
R. Las tiene mi secretario [ríe]. En este libro que ahora sale procuro no meterme con nadie. Y si me meto con alguien es con bastante diplomacia.
P. Ha conocido los 199 países del mundo. ¿Cuál le ha llamado más la atención?
R. Unas islas del Pacífico que se llaman Islas de Palau, que, por cierto, llevan un nombre catalán. Son una maravilla.
P. ¿Se aburre?
R. Muchísimo. Antes llevaba una actividad desenfrenada, y ahora vengo aquí a la Caixa por las mañanas y por las tardes voy a mi despacho. Hago una vida yo diría de jubilado.
P. ¿Tiene nostalgia de su vida anterior?
R. Pues sí. Muchísima.
PERFIL
Con 82 años y dos hijos, presenta en estos días sus Memorias Olímpicas. Dice que sigue haciendo gimnasia a diario, a pesar de la diálisis a la que está sometido, y se dedica a leer y a ir al cine con su hija.Aun desde la segunda fila, continúan encantándole las cocinas de la política y el deporte.
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