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Reportaje:

Mucho más que multas

En varios municipios funciona con éxito la policía local que combate la delincuencia, una figura que desea implantar el Gobierno

Luis Gómez

El Gobierno parece haber descubierto que el policía municipal puede ser también un eficaz agente para luchar contra la delincuencia. Deja de ser a partir de ahora una especie de funcionario uniformado, dedicado al tráfico o a vigilar las ordenanzas, un privilegiado porque puede sindicarse sin problemas y además está bien pagado. El Gobierno quiere que el policía local sea un agente de la ley con todas sus consecuencias.

Detrás de esta decisión hay una razón estadística muy simple: España cuenta con cerca de 54.000 agentes municipales, una fuerza de seguridad que, en números absolutos, supera actualmente los efectivos de la propia Policía Nacional (47.600) y que ha crecido mientras otras han bajado en efectivos. Una fuerza de choque para combatir el incremento de los índices de delincuencia. Pero no hay tal descubrimiento: la figura del municipal que investiga de paisano, que detiene al delincuente, toma huellas en el lugar del crimen, patrulla las calles y que incluso cuenta con su propia policía científica, ya existe. Y las experiencias son satisfactorias.

El caso más completo de policía local en la última década es el de Palma de Mallorca
En España hay cerca de 54.000 policías locales frente a los 47.600 nacionales

Uno de los primeros actos de esta iniciativa gubernamental se celebró el jueves con la firma de un acuerdo entre Interior y el Ayuntamiento de Madrid, según el cual los policías nacionales y municipales de la capital compartirán información, oficinas de denuncia y trabajo en la lucha contra la delincuencia. Nada nuevo si no fuera porque en determinadas localidades la Policía Municipal tiene más efectivos, más oficinas, más coches patrulla en las calles y mejor base de datos que sus colegas de la Policía Nacional o de la Guardia Civil. No está muy lejos en el recuerdo la imagen de unos etarras detenidos por números de los agentes urbanos de Barcelona.

La Policía Municipal ha ido más lejos de sus tradicionales funciones en localidades como Badalona, Palma de Mallorca, Vitoria, Bilbao, Fuenlabrada, Alcobendas, San Sebastián, Valdepeñas, Marbella y Murcia, entre otras, siguiendo los designios de alcaldes de diversas ideologías, con resultados más que interesantes y con una larga experiencia de falta de colaboración con los cuerpos policiales del Estado.

Badalona puede considerarse un caso pionero. 'De hecho yo soy el jefe de policía con más años de ejercicio en el cargo de todos los cuerpos policiales de España', dice el ex militar Gabriel Cardona, que cumplirá 65 años en enero. 'Nosotros hacemos atestados desde 1981 y ya montamos oficinas de atención a mujeres en 1982. Nuestro trabajo tuvo una gran incidencia, por ejemplo en fenómenos como la lucha contra las drogas. No podíamos esperar a una policía nacional para que se encargase del asunto cuando apareciese, si es que aparecía'.

Badalona cuenta con 250 policías locales, frente a cerca de 90 nacionales, 'algunos de ellos ocupados en labores de escolta'. 'Nosotros podemos recibir 100.000 llamadas, frente a las 9.000 de la policía nacional. Nuestra voluntad es hacer más de policía de proximidad, sin renunciar a nada, ni siquiera a tener una pequeña policía científica', afirma Cardona.

Otra cuestión es la colaboración con otros cuerpos. 'Nosotros tenemos el mejor fichero de datos de Badalona y de hecho a nuestra base de datos accede con frecuencia la policía nacional. Otra cosa es que ellos nos dejen acceder a los suyos, pero se va logrando, más que nada por una cuestión personal. Mis paellas y mis cafés me han costado. En Estados Unidos hay 12.000 cuerpos policiales: si el más modesto agente local de un pueblo pide unos datos al FBI recibe respuesta el mismo día', señala el jefe de los agentes locales en Badalona.

'La auténtica policía de proximidad es la municipal por muchas razones', argumenta José Cano, jefe de la policía de Fuenlabrada. 'Los municipales son los que mejor conocen su ciudad, porque viven allí, porque son vecinos. No están de paso y su motivación es mayor si pueden ejercer de policía integral. Estamos mejor preparados para darle un tratamiento integral a los problemas de violencia doméstica porque no nos limitamos a cursar una denuncia. Todas nuestras patrullas saben qué mujeres están en esa situación, les damos un móvil para que nos avisen ante cualquier alarma'.

En Fuenlabrada, que cuenta con 125 policías locales frente a 160 nacionales, hay 20 patrullas municipales por las calles, frente a cinco de la policía nacional. Por la noche la desproporción es de cinco a uno. A los nacionales en Fuenlabrada se les llama 'caimanes' por su elevada edad media.

Durante la última década, el caso de la Policía Municipal más completa ha sido el de Palma de Mallorca, que dispuso de su propia policía judicial y policía científica. 'Aquí, en 1992, nos encontramos con un grave problema de seguridad, agravado porque la policía nacional tenía que enviar muchos agentes para atender a los grandes fastos del 92, los Juegos de Barcelona y la Expo de Sevilla. Y decidimos poner remedio a eso', recuerda Joan Miquel Mut, comisario jefe de la policía local.

Todo ello amparado en la decisión de un alcalde del PP, Joan Fageda. 'Recogíamos denuncias, hacíamos detenciones, investigábamos delitos, tomábamos las huellas y hacíamos todas las diligencias y pronto nos dimos cuenta de que contábamos con una gran receptividad por parte de los jueces'. La policía local cuenta con seis oficinas abiertas al público, una de ellas las 24 horas del día y sumó una fuerza de aproximadamente 800 agentes. Todo ello frente a dos comisarías de la policía nacional. En 1999, la policía local de Palma había esclarecido 3.629 delitos, su techo hasta ahora.

Los conflictos de competencias con la policía nacional fueron numerosos, así como las dificultades para compartir datos. 'Fue una experiencia altamente satisfactoria', señala José Barceló, juez decano de Palma. 'Se notó una evolución muy favorable de la seguridad. Hacían atestados muy completos, incluso con fotografías. No quiero decir con ello que la policía nacional no lo haga bien'.

¿Qué ha sucedido desde el 2000 con la Policía de Palma? Las últimas elecciones las ganó el mismo alcalde de 1992, pero el nuevo equipo de gobierno ha fijado otras prioridades: más atención al tráfico, más policía de barrio, menos investigación, menos policía científica.

'Hubo reuniones entre mandos de Interior y el Ayuntamiento para hacer un nuevo reparto de tareas', explica el juez Barceló. Es visible un cierto clima de decepción entre la policía local de Palma por la evolución de estos dos últimos años. Su resultado está en las estadísticas de 2001: se esclarecieron casi 1.000 delitos menos.

Un caso peculiar es el de la policía local de las tres capitales vascas. 'Aquí se ha ido a un modelo de policía integral por otros motivos, porque en su momento la policía nacional o la Guardia civil poco menos que vivían acuartelados a causa del terrorismo. Así que empezamos a hacer funciones de policía judicial y a patrullar las calles', explica Luis Cid, jefe de la policía de Vitoria. La llegada de la Ertzaintza no disminuyó las labores de los agentes locales. 'Compartimos información, pero ellos están ahora muy mermados por las labores de escolta'.

Murcia ha sido uno de los últimos municipios incorporados a esta corriente. Un municipio del PP. Hace un año se creó un grupo especial con 40 agentes, que llevan un uniforme diferente. 'Los datos de delincuencia han bajado cuando la tendencia apuntaba al alza', dice el concejal de seguridad Antonio Sánchez Carrillo. 'Lo que más nos preocupaba era que hubiera problemas de extralimitaciones o de imagen, que pasara cualquier cosa que nos obligara a echar marcha atrás en este proyecto. Pero todo ha ido muy bien'.

Las citadas experiencias parecen acordes en cuanto a la eficacia de una policía municipal integral, pero sus responsables también reconocen que sería necesario un marco legal más preciso que evite que la policía local no sea tan dependiente de los vaivenes de la política. 'Vivimos en el filo de la navaja', dice el jefe de policía de Valdepeñas, Cecilio Moreno. 'El marco actual es muy genérico y todo depende de lo que quiera hacer el alcalde de turno con su policía'.

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