Zawinul echa en falta creatividad en el jazz
El pianista austriaco publica su nuevo disco con músicos de cuatro continentes
Su discográfica lo ha llevado hasta el ring del gimnasio de boxeo Metropolitano, y se emociona al hablar de Julio César Chaves, Roberto Durán o Carlos Monzón. 'El boxeo es mi pasión desde niño, pero ser un boxeador es distinto a boxear', dice Joe Zawinul, el ex líder de Weather Report, que acaba de publicar Faces & places. Con 70 años, sigue entrenando tres veces por semana. 'Cuando llegué a EE UU y empecé a tocar, todos los campeones venían a vernos'.
Faces & places se inicia con 'The Search': 'Viajamos por el mundo sin parar en busca de lo que necesitamos. Y regresamos a casa para encontrarlo. Estos últimos cuatro años he tocado en lugares en los que no había estado. Intento captar la atmósfera, las sensaciones que recibo de la gente cuando habla, camina...', explica Joe Zawinul. En el disco incluye una obra dedicada a Borges: 'Amo Argentina y Buenos Aires. Me gusta el carácter (sic) de la gente. Son aristócratas. Muy españoles, italianos, pero con el corazón suramericano', dice. 'Aunque la situación es catastrófica, saldrán adelante. ¿Saben por qué? Porque tienen orgullo'.
'Todos los temas del disco son improvisaciones', cuenta. 'Lo que se oye es lo primero que se me pasó por la cabeza. En los viejos tiempos también improvisaba, pero luego tenía que escribirlo todo en una partitura. Ahora, gracias a la tecnología, les enseño a los músicos lo que ya he grabado y ellos lo tocan'.
Joe Zawinul trabaja con jóvenes: 'Puedo agotarlos a todos', asegura. 'No se trata de la edad, sino de cuánto tiempo llevan haciendo música. Y ellos tocan desde críos'. Hay africanos, como Richard Bona, Étienne Mbappe o Paco Séry: 'Cuando produje el disco de Salif Keita, Amen, descubrí que conocían toda la música de Weather Report. Pensaban que Zawinul era un nombre zulú. Hace poco Étienne me contó que el día que descubrió que Jaco Pastorius era blanco se quedó de piedra'.
'A mí no me importa de dónde vienen los músicos, lo que me interesa es que puedan tocar la música que pongo ante ellos', asegura Zawinul. 'Nunca he mezclado culturas, no me gusta. Si hay músicos de otros países está claro que van a inyectar algo de los lugares de los que proceden, pero no es una mezcla de culturas. Vivimos todos juntos. De lo contrario, yo estaría tocando valses vieneses'.
'La nueva generación casi no tiene creatividad', afirma. 'Es importante que los chicos vayan a clase, pero las escuelas no han dejado que los más creativos sigan su propia dirección. Todos tocan muchas notas, casi todo en el mismo tono; no saben cómo parar... Si no tienes una historia, ¿qué quieres contar? Deberían salir a la calle y vivir un poco. Y, luego, que toquen'.
'Las compañías de discos también son culpables', reflexiona Zawinul sobre la situación de la música actual. 'Antaño había gente que amaba la música. Empresarios como John Hammond, Norman Granz, George Wein... Podían escuchar y ver quién tenía talento. Ahora todo gira en torno al dinero'.
Campo de exterminio
Zawinul empezó a tocar jazz al finalizar la Segunda Guerra Mundial -su disco Mauthausen. Chronicles from the ashes, un tributo a los fallecidos en el campo austriaco de exterminio, se editó en 1998 únicamente en Austria, Suiza y Alemania- y fue de los primeros en experimentar con sintetizadores: 'No uso la tecnología porque sea nueva, sino para expresarme. Los pianistas son los que tocan por lo general los sintetizadores y es un error. Me gustaría que los tocaran saxofonistas, trompetistas... gente que aprenda a tocar por los sonidos y no porque sea un teclado. Ahora, hasta los productores los tocan porque les parece fácil hacer música con una caja de ritmos'.
Babelia
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