El vasco errante
Da gusto reencontrarse con Ordorika en directo y en el recinto escogido tradicionalmente para sus visitas a Madrid. Ambiente recogido y espectadores sentados a las mesas, deseosos de disfrutar de la búsqueda por parte de este compositor, productor e intérprete guipuzcoano de una vía de expresión de la lengua vasca a través de caminos que no le son excesivamente propios, como es el caso del rock más o menos acústico; y todo ello sin perder de vista tradiciones, canciones populares y personajes enraizados en la historia vasca, como el zapatero Martín Herralde, quien fue a la cárcel por cuestiones familiares y que ha inspirado a Ordorika una hermosa canción.
El músico ha realizado cinco conciertos en Madrid, en formato poco ruidoso y con la siempre agradable costumbre de realizar una paradita de diez minutos a mitad de actuación. En el del miércoles, repasó a conciencia las canciones de su álbum de este año, Hurrengo Goizean, repleto de historias, sentimientos, imágenes y reflexiones personales que llevarían a cualquiera, como al propio Ordorika, a concluir que el mundo es, efectivamente, un lugar muy raro. Raro sí, pero no yermo para que la poesía brote en racimos de versos sinceros, como los de Bihoz begiekin i (Con los ojos del corazón) o Zaldiak negarrez (Los caballos lloraban), escrita bajo el influjo de la leyenda que dice que los caballos del César, al ser soltados en libertad como premio por ayudar a ganar a éste la batalla de Rubicón, lloraban porque preferían seguir junto al César. Versos que quizá dan respuestas a este vasco errante a quien, en su Euskadi natal le preguntan, como a todos, '¿y tú, de dónde eres?'.
Ruper Ordorika
Ruper Ordorika (voz y guitarra), Dani Pérez (guitarra), José A. Guereñu (bajo) y Nando de la Casa (percusión). Café Central. 8 euros. Madrid, del 14 al 18 de octubre.