Benítez, renovado sin discusión
No ha habido discusión alguna: el valencianismo en pleno, a favor de la renovación de su entrenador, Rafa Benítez. Otra cosa han sido las discrepancias sobre la duración del nuevo contrato -hasta junio de 2005-, habida cuenta de lo cambiante del fútbol y de la billetada que costaría despedir al técnico con dos años firmados por delante.
La vida le sonríe a Benítez, que, a sus 42 años, acaba de ser padre por segunda vez y hoy firmará un contrato por el que cobrará cerca de 1,3 millones de euros netos por cada una de las dos próximas temporadas, más del doble de lo que percibía hasta ahora.
Al técnico madrileño se le valora el haber devuelto el título de Liga a Mestalla después de 31 años. También, el potente arranque de campeonato. 'Es el técnico más preparado que hemos tenido', dice el presidente, Jaime Ortí, que estuvo a punto de destituirle en diciembre pasado, antes de la resurrección valencianista frente al Espanyol en Montjuïc (2-3).
En su año y cuatro meses en el Valencia los números le son muy favorables. En 60 partidos oficiales, su equipo ha ganado 32, ha empatado 17 y ha perdido 11. Ha marcado 106 goles y recibido 43. En cuanto al juego, ha ido de menos a más hasta convertirse en el poderoso conjunto que recientemente barrió al Liverpool en la Liga de Campeones. Y, sin embargo, el técnico no ha despertado pasiones entre la hinchada, sino más bien un distante reconocimiento.
Tan frío como su carácter, Benítez se confiesa estudioso y calculador. Entrenador desde los 26 años, obtuvo el título nacional a los 29 y su dedicación al fútbol puede llegar a ser obsesiva: 'Es difícil encontrar a gente más metida que yo en él', declara cuando se le recuerda su discreta carrera como jugador y su escaso pedigrí hasta llegar a Mestalla como entrenador.
Quizá por eso presume de disponer de una gran base teórica y científica. Se considera un técnico moderno que amplió sus conocimientos en Italia e Inglaterra. Y le gusta controlarlo todo, desde la alimentación hasta los detalles físicos: es licenciado en Educación Física. Su gran caballo de batalla ha sido la relación con los jugadores. Le costó dominar el vestuario -sobre todo, a Kily González-, que lo consideraba demasiado inexperto y demasiado pesado. Pero acabó triunfando por perseverancia y meticulosidad. Ahora se le respeta y se le teme. Así que, cuando suspendió el entrenamiento previo al inicio de la Liga por falta de atención, los jugadores sostuvieron la respiración.
Eso sí, Benítez es un hombre de empresa. Sabe quién manda en el club -el consejero delegado, Manuel Llorente- y lo dejó muy claro al mirar hacia otro lado cuando el dirigente despachó a Subirats de la secretaría técnica el mes pasado. Y eso que Subirats fue quien apostó contra corriente por Benítez cuando éste luchaba por ascender al Tenerife a la Primera División.
El entrenador del Valencia ha pedido sin éxito que el club fiche a un lateral derecho. No ha insistido mucho. El club le ha acotado su parcela y él sabe cuáles son sus límites: el campo de entrenamiento. La plantilla la diseña el nuevo director deportivo, Jesús García Pitarch.
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