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Columna
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Despierta, España

La operación estética a la que se ha sometido María Teresa Campos resume el espíritu de la franja horaria. 'No soy partidaria de grandes cambios, pero sí de pequeños retoques', dijo la veterana jefa de Día a día (Tele 5). Una ola de retoques recorre, pues, la mañana.

Antena 3 se atreve con el infodespertador Buenos días, España, confiado a los eficaces Roberto Arce y Marta Cáceres, que incluye, además, El primer café, servido por la avinagrada Isabel San Sebastián. A continuación llega A plena luz, magacín conducido por Pedro Piqueras, algo estático en su nuevo papel, y Yolanda Alzola, más suelta que en Sabor a verano. Es una relectura convencional de un formato que juega con reportajes de humor (Josep Tomás), sexología, debates ful, cotilleo estridente, concurso, tertulia (vuelve Ozores) y endogamia de cadena.

Terelu, en Tele 5

Campos, en cambio, presenta, además de lifting, a su hija Terelu, con la que monta un vodevil parecido a su sección El tendedero, y que tiene el morbo de ver cómo, gracias al bisturí, parecen hermanas. Y también tiene al conde Lequio, que, sin moverse de Tele 5, mete cizaña en un tono más pausado que el que empleaba en sus ataques de indignación en Crónicas marcianas, quizá porque entre señoras se comporta mejor.

Agrupados en torno al título de Por la mañana, la táctica de TVE-1 recuerda la de los partidos que se constituyen en coalición para arañar votos. Manuel Torreiglesias (Saber vivir) y Manuel Giménez (Así son las cosas) acceden a recortar su tiempo. El primero sigue explicando infartos como si fueran cuentos y, si se tercia, te suelta un sermón de tres pares de pepinos, y el segundo abunda en su pasión por el delito costumbrista. De aliño, Arguiñano, que, aunque baqueteado, sigue siendo un gran tele-cocinero y el que mejor disimula sus lapsus cantando ante la dulce y resignada mirada de su hermana Eva.

Para coordinar tanto ego, TVE confía en Inés Ballester, que por fin halla un espacio adecuado a su sereno estilo. Con tantos compañeros y triunfitos, le queda poco tiempo. Para el cotilleo ha recurrido a María Eugenia Yagüe, que posee un estilo menos cruel que sus viperinos colegas pero mucho más irónico.

Sin embargo, Por la mañana carece de la unidad de tono necesaria y, puestos a elegir entre original y copias, es previsible que la mayoría de los espectadores prefieran la solidez consolidada de María Teresa Campos y su variedad de colaboradores. Porque aunque la Campos se retoque, Campos se queda.

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