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El inquilino de uno de los pisos admite ante la policía que provocó la explosión en una casa de Santa Coloma

Nicolás Rodríguez, el hombre de 65 años en cuyo piso, en la madrugada del pasado sábado, se originó supuestamente la explosión de gas butano que causó 17 heridos -entre ellos él mismo- y el posterior derribo de dos edificios en Santa Coloma de Gramenet (Barcelonès), confesó ayer a la policía que fue el causante de la explosión y que el objetivo de su acción no era otro que el de quitarse la vida.

Un total de 19 familias ha tenido que ser realojado temporalmente por sus familiares y por los servicios sociales del consistorio de Santa Coloma porque la explosión dejó totalmente en ruina el edificio número 4 de la calle de Liszt, un inmueble de tres plantas construido a principios de la década de 1960. El pasado lunes, el consistorio decidió también derribar el edificio número 6 porque su estructura estaba gravemente dañada por la onda expansiva.

La explosión, que se produjo en el piso primero, puerta tercera, fue de tal intensidad que derribó toda la fachada del edificio y las dos primeras plantas del inmueble. Sorprendentemente, pese a la potencia del estallido, sólo hubo que lamentar 17 heridos, la inmensa mayoría, leves. La única persona herida grave fue Nicolás Rodríguez, el presunto autor del derrumbe, que tiene quemado el 46% del cuerpo. Otra herida de consideración es una joven que tiene un aplastamiento de una vértebra, pero que se recupera favorablemente en el hospital de Can Ruti.

Ayer, una vez experimentada una mejoría en el estado de salud de Rodríguez que le permitía responder a los investigadores policiales, éstos fueron a la unidad de quemados del hospital de Vall d'Hebron donde se halla internado para averiguar de primera mano las causas del siniestro.

Todas las pruebas periciales señalaban que la manipulación de una bombona de butano fue el origen de la explosión y los investigadores apuntaban además que, con toda seguridad, esta manipulación tenía como objetivo el deseo de alguien de quitarse la vida. Ayer vieron confirmadas, paso por paso, sus sospechas. Rodríguez confesó a los agentes del Cuerpo Nacional de Policía que manipuló dos bombonas de butano para suicidarse.

De acuerdo con la explicación que él mismo dio a los policías, abrió hasta el tope las espitas de las dos botellas de gas y colocó en la habitación más alejada una vela encendida para provocar una explosión de intensidad tal que le quitara la vida. Preguntado por los agentes si era consciente de que su acción podía herir o matar a sus vecinos, Nicolás Rodríguez les vino a decir: 'Mis vecinos no me importan nada', aseguran en medios de la investigación que declaró el herido.

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Los servicios municipales todavía continuaban ayer derrumbando las paredes que quedaban de los dos edificios.

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