Gronholm, el último finlandés volador

Tenía gasolina en las venas, eso estaba claro. Cuando tenía 13 años empezó a competir en motocross. Su padre, Ulf Gronholm, había sido uno de los mejores pilotos de rallies de Finlandia en la década de los setenta pero falleció como consecuencia de un accidente mientras se entrenaba. Marcus Gronholm tuvo que abandonar el motocross después de cinco años a consecuencia de una lesión de rodilla. Entonces, en 1987, el mismo año en que consiguió el permiso de conducir, se pasó al mundo de las cuatro ruedas. Y a partir de entonces inició la brillante carrera que culminó ayer en Nueva Zelanda asegurándose su segundo título mundial después del que logró en 2000.

Marcus Gronholm, de 34 años, es el digno sucesor de los finlandeses voladores, Juha Kankkunen y Tommi Makinen,pilotos que han arrasado en el Mundial y que cuentan con cuatro títulos cada uno. Juha y Tommi, a su vez, habían seguido la senda de compatriotas suyos como Markku Allen, Ari Vatanen, Hannu Mikkola y Timo Salonen. Marcus Gronholm, que sucede en el historial al británico Richard Burns, iguala los dos títulos del alemán Walter Roehrl, el italiano Massimo Biasion y el español Carlos Sainz, tenía las máximas posibilidades ya antes de empezar el Rally de Nueva Zelanda. Sólo necesitaba siete de los 30 puntos que quedaban en juego (restan las pruebas de Australia y Gran Bretaña) para rubricar su reinado. Los abandonos del escocés Colin McRae y, ayer en la 15ª especial de la segunda etapa, del británico Richard Burns, acabaron de despejarle el camino. Su triunfo supone también el quinto mundial de constructores para la escudería Peugeot, tercero consecutivo.

Gronholm partirá hoy como líder y aspira a redondear su título con la consecución del que sería su 11º triunfo en los 67 rallies del Mundial que lleva disputados. Aventaja en 55 segundos al también finlandés Harri Rovanpera (Peugeot) mientras que Carlos Sainz (Ford Focus) marcha en quinta posición.