Reclusos del Centro de Sevilla se descubren como artistas en la muestra 'M-6 Alternativa'

Antonio García Villarán, pintor y profesor de Dibujo, le pasó a un alumno un poema del argentino Oliveiro Girondo para que le inspira una obra. Manuel Ramírez lo sostuvo entre las manos y le dijo '¿Qué hago ahora con esto?'. No sabía leer. 'Sin embargo, pintó. Era la primera vez que cogía los pinceles, pero tiene una intuición para el color increíble', dice el profesor. El resultado de una clase muy especial, la que ha impartido durante tres años en el Centro Penitenciario de Sevilla, puede verse desde ayer en la Facultad de Bellas Artes. La muestra M-6 Alternativa, que reúne 54 obras de 25 internos del módulo de preventivos, se inauguró ayer sin la presencia de ninguno de los artistas.

'La técnica es cuestión de tiempo y de un aprendizaje. El que los resultados sean buenos o malos, ya es otra cosa. La verdad es que no encuentro diferencia entre los internos y los alumnos de Dibujo de la facultad. Salvo que las pinturas de los internos están cargadas de contenido, son puro concepto', comenta Antonio García Villarán, sevillano de 26 años, que está al frente del Aula de Creación Plástica del Centro Penitenciario de Sevilla desde hace tres años y es también profesor colaborador en la Facultad de Bellas Artes sevillana. El proyecto entre rejas comenzó en 1994 con la colaboración de artistas como Luis Gordillo o Javier Velasco, quien ha formado parte de los jóvenes creadores que han representado a España en la última Bienal de Venecia. Desde entonces, los inquilinos del centro penitenciario han dispuesto siempre de un lugar para la creación.

García Villarán tiene un grupo, que oscila entre los 15 y los 25 alumnos, de todas las edades. Salvo dos excepciones, ninguno tenía ni idea de pintura y los resultados, como El gato que realizó Manuel Ramírez después del episodio del poema, no desmerecerían colgados en cualquier galería de arte. La exposición, que podrá verse en la sala de la Facultad de Bellas Artes hasta el 17 de octubre, es una amalgama de estilos y formatos pero todos tienen en común 'originalidad, fuerza expresiva y mucha osadía', dice el profesor. Incluso cuando copian de grandes maestros, como Picasso, Goya o Velázquez, estos artistas sin libertad se permiten todas las licencias. El profesor no les pone límites.

Un retrato de Modigliani aparece con la cara del recluso que lo firma o El ángel exterminador, una escena amable delpintor simbolista de Hugo Simberg (1903) se transforma en algo tétrico.

'Ellos no pintan más que para sí mismos. Saben que no venderán su obra y nadie les pone una nota. Pasan el día pensando en la pintura, no tienen otra ocupación mejor', comenta. García Villarán, contratado por el Organismo Autónomo de Prestaciones y Trabajos Penitenciarios, los bombardea con información, desde el Barroco hasta Andy Warhol. Los protagonistas tendrán que ver la inauguración, que tuvo hasta su catálogo financiado por la Fundación El Monte y FotoTres, en fotografías.