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La escasez de autobuses causa el caos el primer día de curso en la Universidad de Alicante

Alumnos y profesores, obligados a esperar más de una hora el transporte público

El inicio de las clases en la Universidad de Alicante se vio empañado ayer por el caos y los problemas en el servicio de transporte público. Los usuarios de la línea 24 de autobús, que enlaza el centro de Alicante con el campus, sufrieron esperas casi eternas y en algunos casos aguardaron una hora la llegada del vehículo. En el Consell d'Alumnes se recibieron varias quejas por escrito, y CC OO denunció en un comunicado los 'incumplimientos' de la empresa La Alcoyana que, según el sindicato, ha suprimido desde el pasado 16 de septiembre los refuerzos en esta línea urbana.

Los accesos al campus de Sant Vicent del Raspeig se colapsaron ayer en el primer día lectivo para 33.000 alumnos y profesores. A las retenciones kilométricas de turismos en las rotondas de acceso, se sumaron las largas colas de personas esperando el autobús. El presidente del Consell d'Alumnes, Luis Marco, reconoció que durante la jornada se recibieron 'varias' quejas por escrito sobre las deficiencias del transporte público. 'Los autobuses estaban llenos a rebosar, los alumnos salían por las ventanas', ironizaba Marcos para describir la situación. 'El grupo Subús no ha previsto que hoy volvíamos a las clases, y ha sido un desastre', sentenció el representante estudiantil, quien tildó de 'electoralista' la promesa de mejora del servicio que hicieron el alcalde, Luis Díaz Alperi, y los responsables de la compañía Subús.

Por su lado, la Federación de Comunicación y Transporte de CC OO denunció ayer ante la Comisión de Seguimiento del Área Metropolitana de Alicante 'la supresión de los refuerzos de vehículos de la empresa de transporte discrecional La Alcoyana en la línea que une la capital con el campus universitario'. El sindicato aseguró que estos refuerzos se eliminaron el pasado 16 de septiembre en la línea 24 durante las horas de máxima afluencia, entre las 7.03 y las 10.33 horas, medida que 'repercute negativamente' en la calidad del servicio. 'Con su supresión se incrementa el tiempo de espera y los autobuses van con un exceso de viajeros por encima de lo estipulado legalmente'. El sindicato considera que 'el transporte no se mejora subiendo las tarifas y suprimiendo servicios, sino que se consigue con una plantilla estable y con una flota de autobuses que tenga unas condiciones de seguridad y de confort adecuadas'. Por su lado, el Ayuntamiento prometió para hoy un refuerzo del servicio.

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