La nueva ciudad antigua

La receta ideal para la rehabilitación de las ciudades históricas tiene una base de respeto al urbanismo y las edificaciones centenarias, unas dosis de valentía y hasta osadía, algo de mano izquierda en el respeto al entramado social del barrio y, sobre todo, agilidad y decisión. Éstas podrían ser algunas de las conclusiones que se desprenden de los sextos Encuentros Internacionales sobre Rehabilitación Urbana que el viernes se clausuraron en Vitoria.

La capital alavesa pasó con éxito el examen comparativo con ciudades emblemáticas como Granada, Lisboa, Venecia, Sevilla o Bogotá. El trabajo que desde 1982 viene realizando el Ayuntamiento vitoriano en su casco viejo (refrendado en las anteriores convocatorias de los encuentros, la última en 1990) se encuentra a la altura de Toledo, Girona o Berlín.

Con todo, siempre se aprende de la labor bien hecha por otros. Por ejemplo, de Lisboa, donde la recuperación de la ciudad llegó precedida de la presión vecinal para que las soluciones fuesen inmediatas. La intervención atiende, desde entonces, los problemas de las viviendas, aspectos sencillos del urbanismo de los barrios, sin olvidar el arraigo de los vecinos. 'La cohesión social constituye un freno a la marginación y a la exclusión, además de un factor de seguridad', señaló Filipe Mario Lopes, arquitecto y responsable de la recuperación de la capital lusa.

Toledo llevó a Vitoria la valentía por afrontar soluciones que pueden resultar hasta extravagantes. Este calificativo recibió el proyecto de escaleras mecánicas que ascienden del ensache a la ciudad antigua. Ahora, esa solución tendrá sus réplicas en otras zonas de la capital manchega, después del éxito que ha tenido entre los ciudadanos.

Jorge Ibarrondo, concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Vitoria, reconocía que esa propuesta es parecida a la que dispone el plan de reforma del casco antiguo, donde se prevén las escaleras mecánicas previstas por el anterior alcalde, José Ángel Cuerda, y el paso por túneles entre edificios emblemáticos.

La valentía tiene que estar unida a la decisión. Se le puede preguntar a Enrique Peñalosa, ex alcalde de Bogotá, quien emprendió la recuperación del centro de la ciudad para el peatón. Además de la creación de infraestructuras sociales y culturales, se optó por el transporte público y medidas restrictivas del automóvil particular. El resultado: un aumento de la actividad comercial en la zona, convertida ahora en uno de los lugares más atractivos de la capital colombiana.

Pero el turismo no lo es todo, como ironizaron Xerardo Estévez y Joaquim Nadal, ex alcaldes de Santiago de Compostela y Girona, respectivamente. Nadal mostró sus temores ante la posible conversión de su ciudad en un parque temático y advirtió de los peligros de centrar la recuperación de lo histórico sólo en el aspecto estético. Estévez abundó en este asunto, con la insistencia en que la apuesta por la vivienda es fundamental.

Y qué mejor ejemplo que Vitoria, donde el 75% de las viviendas del casco viejo ya están rehabilitadas y esta zona cuenta con el 95% del equipamiento propuesto en 1986.