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Entrevista:JOHN CHIPMAN | Director del IISS de Londres

'Kosovo y Bosnia también fueron ataques preventivos'

John Chipman, director del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS, en sus siglas en inglés), visitó ayer Madrid invitado por el Real Instituto Elcano para presentar el informe sobre las armas de destrucción masiva de Irak elaborado por este prestigioso centro de estudios británico. Dicho informe fue publicado en Londres días antes del presentado por el primer ministro, Tony Blair, ante los Comunes el pasado martes.

¿Justifican esos informes un ataque a Irak? Chipman se muestra cauto y prefiere plantear un dilema: 'Es evidente que, si esperamos unos años la amenaza que representa Irak, crecerá y llegará un momento en que un ataque militar será muy difícil, si no imposible. Pero, por otro lado, si actuamos ahora existe el riesgo de que esa amenaza se cumpla'.

Partidario de una nueva resolución del Consejo de Seguridad sobre Irak, más que por razones legales, por motivos políticos -'si incluye la amenaza del uso de la fuerza tendría mucho más peso que las precedentes y serviría para que la opinión pública americana se sintiera más cómoda con esa protección diplomática'-, Chipman considera que no se pueden comparar esas resoluciones con las que afectan a Israel. 'Todas las relativas a Irak surgen del acuerdo de alto el fuego de abril de 1991. Hay que tener en cuenta que no existe un tratado de paz, sino un alto el fuego condicional al cumplimiento por Irak de las resoluciones de Naciones Unidas'.

Se crea o no en la amenaza que representa Sadam Husein, es evidente que buena parte de Europa teme más a la política de la Casa Blanca que a Irak y que Blair hace esfuerzos de funambulista para mantener los vínculos trasatlánticos. El director del IISS se ríe y elabora su propia teoría de la actitud del primer ministro británico. 'En primer lugar, Blair necesitaba presentar algo de origen británico para justificar la decisión que ha tomado tanto ante su opinión pública como ante el Partido Laborista. En cuanto a cómo trabaja el primer ministro con los norteamericanos, yo digo que suele utilizar tres palabras en un orden específico que son sí, quizá y no. En abril les dijo que apoyaría un ataque a Irak; en verano que había que pensar mejor cómo hacerlo, y ahora que no, si no es con Naciones Unidas. Creo que en este sentido Blair ha logrado limitar la influencia de los halcones de Washington'.

Chipman no está de acuerdo con que la nueva doctrina estratégica del presidente George W. Bush y su teoría del ataque preventivo rompa con las reglas del juego de las relaciones internacionales. 'En las 33 páginas del documento que recoge esa doctrina se habla mucho más de la necesidad de operar de una manera multilateral. La idea de dar el primer golpe es sólo una parte de las opciones, porque hay grupos que no son susceptibles de disuasión. Además, en el derecho internacional sí existe la posibilidad de emprender una acción preventiva. Lo hemos hecho mucho en los últimos años, como fueron los casos de Kosovo y Bosnia'.

¿Cuáles son las principales diferencias entre la primera guerra del Golfo y la que está por venir?

Chipman trata de resumir. 'Primero, en que la capacidad militar de Irak es ahora mucho más débil. La segunda es que los objetivos son distintos. En 1991 fue expulsar a Irak de Kuwait; ahora se trata de derrocar al régimen de Sadam Husein; tercero, que EE UU tiene ahora mucho más difícil organizar una gran coalición internacional, y, por último, que la opinión pública israelí no tolerará la contención de su Gobierno, como hizo en 1991, en caso de ser atacados por Irak. Una segunda contención israelí debilitaría la posición de Israel frente al mundo árabe. Bush tendrá mucho más difícil que la primera vez el convencerles de que no contraataquen. Ahora, la posibilidad de una implicación israelí es mucho mayor'.

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